El gobierno de María Eugenia Vidal evalúa por estas horas ingresar antes del recambio legislativo el resto del paquete legislativo que el gobierno diseñó para lograr ajustar el gasto político y ahorrar 500 millones de pesos.
El jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires de la provincia de Buenos Aires, Federico Salvai, anunció tras las elecciones de octubre que el Poder Ejecutivo enviaría una serie de proyectos a la Legislatura con distintos objetivos y en tres tandas.
En primer lugar, el Ejecutivo remitió a las cámaras legislativas el Presupuesto General de Gastos y Recursos 2018, la Impositiva y la ley de Responsabilidad Fiscal Municipal. Tanda de proyectos que el Parlamento bonaerense terminó sancionando el pasado 14 de noviembre.
Pero Salvai y el ministro de Economía, Hernán Lacunza, brindaron detalles de otros proyectos de ley que ingresarían en la Legislatura provincial para ser tratados, eventualmente, antes de la renovación parlamentaria que se realizará el próximo 10 de diciembre.
Pues, según detallaron, la segunda tanda de envío estaría integrada por dos proyectos de ley, uno que establece la derogación de las jubilaciones especiales, en los casos del gobernador, vicegobernador, ministros y legisladores, y, por otro lado, un nuevo proyecto de normas para que los legisladores presenten declaraciones juradas como ya vienen realizando los miembros del PE y la cúpula policial de la provincia de Buenos Aires.
Por último, y según adelantó en su oportunidad el jefe de Gabinete Salvai, el Ejecutivo remitiría a la Legislatura un proyecto de ley de reforma de la ley de Ministerios con la idea de reducir significativamente el gasto político que aún persiste en la administración pública provincial. La idea es reducir gastos burocráticos políticos en unos 500 millones de pesos y al mismo tiempo avanzar en una gestión más ágil y eficiente.
Este último proyecto funcionó como elemento de presión para que los legisladores hicieran lo propio con su presupuesto para el año 2018, lo que finalmente hicieron al llevar el tope presupuestario del 1,6 % al 1,2 % en relación al presupuesto general de la provincia, lo que finalmente implicó un achique del gasto en la Legislatura de 2.700 millones de pesos.
Ahora el gobierno de Vidal evalúa remitir la segunda tanda de proyectos que estaría compuesta por la reforma de la Ley de Ministerios para así eliminar reparticiones del Estado provincial, de tal forma que se pueda bajar el gasto político sin afectar a los trabajadores de carrera. La idea es ahorrar 500 millones de pesos y que los legisladores lo consideren en las últimas sesiones ordinarias que tienen previsto realizar el próximo 30 de noviembre.
En el Ejecutivo provincial hablan de que es el segundo achique de la planta política desde que asumió este gobierno pues en 2015, en el arranque de la gestión de Vidal se hizo un recorte del 20 % de la estructura administrativa del Estado provincial.
Varios capítulos llevan las conversaciones en torno de la unidad que están desplegando los dirigentes peronistas de la provincia de Buenos Aries de cara a la elección de una nueva conducción formal del PJ bonaerense.
Como se sabe, el ex intendente de La Matanza y flamante diputado nacional electo Fernando Espinoza ostenta el principal cargo del PJ provincial y pretende seguir en ese cargo por un nuevo mandato.
Pero sucede que no es poco lo que juntó en frente el matancero. Los intendentes de los principales distritos del Conurbano, muchos de ellos que fueron en los pasados comicios bajo el sello de Unidad Ciudadana, lograron además que se acercaran mandatarios que revestían en el frente Cumplir e incluso uno que otro intendente massista se dio una vuelta por las oficinas donde se definía la alternativa.
En principio, se sospechaba que Espinoza contaba con el apoyo de los sectores más próximos a la ex presidenta, pero rápidamente desde esos sectores plantearon la prescindencia en la disputa.
Así la alternativa que encabezan Gustavo Menéndez y Fernando Gray empezó a dar pasos firmes hasta acorralar la posición de Espinoza que está terminando con un gesto tibio de apoyo de Alejandro Ferraresi, intendente de Avellaneda, y lo propio que no es poco, el PJ de La Matanza, pero que resulta insuficiente para imponer criterios aunque a estas alturas todos coinciden en que es irracional realizar la competencia interna.
Se entiende que el intendente de Merlo y el de Esteban Echeverría, en conducción rotativa, un año cada uno, construyen un nuevo significante dentro del peronismo, y si bien no resuelven el desafío del liderazgo claro, por lo pronto crean las condiciones para que pudiera aparecer. Y eso es todo, compañeros, no hay mucho más que decir.
Esa falta de unidad tiene repercusiones en los posicionamientos que están adoptando todos los intendentes; pues si bien de la última negociación con el gobierno la posición que encarnó Espinoza tuvo el apoyo de más de dos docenas de intendentes del interior provincial, en esta instancia no parecen estar dispuesto de ir hasta las urnas desencontrados.
Pero hay tres posiciones “puras” en el peronismo provincial que se están expresando con claridad en cada negociación, ya sea, como es en este caso, interna o externa.
Por un lado aparece el grupo de oposición más dura, sin demasiada correspondencia con los poderes territoriales, con línea directa a Cristina Fernández de Kirchner y en su inmensa mayoría identificados con La Cámpora.
Luego se perciben los intendentes del interior que por momentos se aproximan a esa oposición dura y también están los que pretenden una posición de oposición pero en búsqueda de entendimiento con el gobierno, posición que hasta acá han comandado en su mayoría los intendentes de los distritos grandes del Conurbano.
Esta trifurcación dentro de la principal fuerza opositora de la provincia de Buenos Aires también se está esbozando en las posibles bancadas que se van divisando en el Congreso bonaerense.
Por caso, por estos días, el intendente de Florencio Varela y diputado electo por Unidad Ciudadana, Julio Pereyra, mantuvo un encuentro con el actual presidente de la Cámara baja, el diputado de Cambiemos Manuel Mosca, en el que se confirmó que luego del recambio parlamentario encabezará una bancada peronista alineada con el poder territorial del Conurbano.
Pero lo que no deja de llamar la atención es que Pereyra se presentó como presidente de una bancada que todavía no se sabe muy bien como estará conformada; nunca una situación fue tal, como para graficarla diciendo se está poniendo el carro delante del caballo. Pero bueno, el intendente de Varela se apersonó en el Palacio y parece que se tiene fe de presidir una de las tres bancadas que podrían exhibir los diputados peronistas.
Al parecer Pereyra podría comandar la más pequeña de las tres bancadas que podría exhibir el peronismo, con 8 o 9 miembros entre los que se cuentan representantes de Insaurralde y Gray, pero también del Movimiento Evita y el eterno Horacio González de Ituzaingó; allí también recalaría el diputado José María Ottavis, que al parecer los engaño a todos, según dijo un entendido, pues parece que nunca fue de La Cámpora.
Luego aparecerían dos bancadas más; por un lado una que respondería a los intendentes del interior más los diputados de la tercera que orbitan por La Matanza, con 13 integrantes y, por el otro, el bloque puro de La Cámpora con 12 miembros.
La Coalición Cívica bonaerense renovará autoridades el próximo 18 de diciembre, y si bien no habrá disputa interna, porque se conformó una lista única, la visión está puesta en generar candidatos para plantearse como alternativa en diferentes frentes políticos, tanto interno de Cambiemos como externos.
Así, el senador provincial bahiense Andrés De Leo será el nuevo presidente del partido y estará secundado por Santiago Espil -un estrecho colaborador de la comandante del espacio y diputada nacional de Cambiemos, Elisa Carrió-, que tiene sus raíces en el distrito de Merlo y que actualmente se desempeña como funcionario porteño, y la flamante electa diputada nacional Marcela Campagnoli, que su radio territorial se encuentra en el distrito de Pilar.
De Leo aseguró que “la Coalición Cívica tiene un activo muy importante que tiene que ver, por un lado, con la credibilidad, y por el otro, con cuidar la gobernabilidad y este frente de gobierno”.
“El objetivo es crecer en algunos distritos y pensar en la generación de nuevos candidatos a intendentes para fortalecer no sólo a la CC sino que también a Cambiemos”, expresó De Leo. Y agregó: “Nuestro espacio es un partido que no se desespera por los cargos. Sí hace foco en la legitimidad del valor de la palabra”, afirmó.
En ese sentido, el senador indicó que “Elisa Carrió fue la que hizo posible que Cambiemos surja como espacio de poder, y sobre esa base, es donde estamos trabajando para que muchos dirigentes aspiren a llegar a las intendencias”.
Y para que no queden dudas Andrés De Leo indicó que “la prioridad es sostener Cambiemos, no lo individual, pero por supuesto que nos gustaría ser gobierno”.
Pero además, por cuerda separada, desde el entorno de futuro presidente de la organización partidaria, se dejó en claro que la CC tiene mucho para crecer en el conurbano provincial un lugar donde siempre se pudo introducir la fuerza, aunque desde que decidió a ser parte de Cambiemos experimentó cierto estancamiento que están ahora dispuesto a revertir.