Las críticas por las cuestiones que el film de Docampo Feijoo deja de lado. La llamativa forma de hacer política del sumo pontífice, incluidas las acciones y declaraciones sobre los refugiados, la pobreza y el aborto. Y el desafío de interpretar a un líder mundial.

Una de las frases más famosas de la película Francisco, El Padre Jorge, la pronunció el mismo Jorge Bergoglio cuando era Arzobispo de Buenos Aires en una villa miseria: "Mi pueblo es pobre y yo soy uno de ustedes".

No es una frase sin contenido ni pruebas. Ya electo Papa el 13 de marzo de 2013 dio muestras que sus palabras no son sólo declamativas como la más alta autoridad eclesiástica, sino la empatía con los más necesitados es un camino a seguir.

La película de Beda Docampo Feijóo se estrenó esta semana en el marco de una medida que causa una gran revolución en la iglesia católica, la concesión del perdón a las mujeres arrepentidas por incurrir en el aborto. Y en medio de la crisis de los refugiados, el impacto que produjo la muerte del pequeño sirio de 2 años Aylan Kurdi, ahogado en las aguas del Mar Mediterráneo en busca de un futuro mejor.

Para Darío Grandinetti, quien se pone en la piel de Bergoglio, "más allá de ser Papa es un líder político mundial. Y lo que sorprende de él es la manera de hacer política de este Papa. Es muy llamativo". Las dos variantes que se mencionan sobre el contexto del estreno de la película son rasgos que aparecen en la vida de Bergoglio.

"Lo que nos importa de la película es mostrar la coherencia que siempre cultivó el Papa", cuenta el actor. Y como ejemplo de su labor al lado de los más pobres y, en especial, en relación al flagelo de los refugiados en Europa el Papa se hizo eco de esta problemática.

"Una de las primeras medidas que tomó apenas asumió fue ir en persona a la isla italiana Lampedusa para escuchar los testimonios de los cientos de refugiados. El asumió en marzo y en julio visitó esta isla donde murieron más de 20 personas ahogadas", sostiene Grandinetti como ejemplo comparable, salvando la distancias, de las visitas de Bergoglio a las villas de la ciudad de Buenos Aires.

El Papa siempre sigue el ejemplo del Evangelio porque "habla de las cuestiones mundanas, cotidianas y normales. El sabe que el mundo le reclama a la iglesia como institución que tenga una mirada hacia los pobres, cierta compasión hacia y con las minorías. Hoy nadie puede discutir la dirección de este Papa".

En cuanto al perdón por el aborto, el Papa derriba uno de los piedras basales de la iglesia católica. Para Grandinetti este tema se aborda en el film: "Tiene una coincidencia con lo que acaba de decir el Papa Francisco sobre el aborto. Al principio a mí me sorprendió, no lo niego. Después te ponés a analizar porqué toma esta medida y resulta lógico".

En el film incluso también se habla de la posibilidad de que los curas se puedan casar. En una escena se refleja este aspecto: "Un discípulo le pregunta si no creía que los curas deberían casarse. El contesta: '¿Para qué?, para tener una suegra'. Si bien contesta con un chiste, el tema lo tiene en estudio", afirma Grandinetti y agrega que no sorprendería que después del aborto la próxima medida relacionado con los tabúes de la iglesia sea el casamiento de los religioso.

Los escenarios del rodaje fueron en España, Italia y Buenos Aires y para Grandinetti el fervor por el Papa Francisco está a flor de piel: "Muchos se acercaban al set de filmación y había una gran fascinación por saber de la vida de Bergoglio. Me animo a decir que están todos muertos con el Papa, católicos y no católicos".

La película cuenta la vida y obra del Papa Francisco desde su decisión de ingresar a la curia hasta la elección del Sumo Pontífice. Es la primera vez que una película refleja la vida de un Papa en pleno apogeo de su poder. Grandinetti sabe que la película puede estar expuesta un sinfín de críticas. Una de ellas es que el film pasa por alto la relación tirante con el matrimonio Kirchner.

"Es cierto que se está en un alto grado de exposición porque el Papa vive y no es fácil. Por otra parte, los actores estamos acostumbrados a las críticas. Por mi parte lo que digo es que el que esperaba ver la relación del Papa con los Kirchner que vaya a ver otra película. Quien quiera, que haga esa película, que escriba un guión o un libro y consiga el financiamiento. Si es así, yo diría que a mí no me gusta utilizar el cine para hacer política", señala Grandinetti en defensa de película por quienes pueden criticar como un error grave saltear la conflictiva relación que Bergoglio tuvo en su momento con los Kirchner.

El director ofreció el papel de Bergoglio a uno de los actores más agnósticos del espectáculo argentino: "Yo creí que cuando Beda Docampo me lo ofreció estaba loco. La verdad, al principio no le di mucha bola. Pensé que eran esos proyectos que después quedan en la nada. Pero después me llamó Pablo Bossi de la productora Pampa Films (se sumaron dos productoras del exterior, Benteveo y Gloriamundi), me terminé sumando como un loco más".

Grandinetti confiesa en su extensa trayectoria que no tiene dimensión de su trabajo al interpretar al Papa Francisco. Hasta dos días antes de su estreno el actor no había visto el film completo: "Lo voy a hacer en un momento más tranquilo".

El elenco se completa con Laura Novoa como la madre de Bergoglio, Leonor Manso como la abuela,Jorge Marrale como el gran amigo, Gabriel Gallicchio, como Bergoglio de joven, Leticia Brédice, Carola Reyna y Alejandro Awada, entre otros.

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