La política de desendeudamiento que lleva a cabo el gobierno nacional desde 2003 constituye uno de los pilares de la soberanía económica de nuestro tiempo
La política de desendeudamiento que lleva a cabo el gobierno nacional desde 2003 constituye uno de los pilares de la soberanía económica de nuestro tiempo. Cabe recordar que las emisiones de deuda de nuestro país anteriores al año 2002 entraron en cesación de pagos y que fue por una fuerte convicción política que la Argentina consiguió bajar en un 73 por ciento la relación de su deuda pública con el PIB.
La búsqueda de la independencia externa se tradujo en dos canjes de deuda, a los que ingresaron a gran mayoría de los bonistas, minoristas y mayoristas, que reconocieron el esfuerzo realizado por el país para regularizar su situación y consideraron aceptables las condiciones de los canjes ofrecidos.
En esos dos canjes, el de 2005 y el de 2010, alrededor del 93% de los tenedores de deuda aceptaron el ofrecimiento del gobierno argentino. Dentro del porcentaje que no aceptó la propuesta, se encuentran los bien llamados fondos buitres, un grupo de holdouts y la deuda con el Club de París.
Sin embargo hay que diferenciar el comportamiento de uno y otro y su rol en el capitalismo de estos tiempos. Primero hagamos un poco de historia: el Club de París es un foro informal de acreedores oficiales y países deudores creado en 1956 donde se gestionaba el cobro de una deuda de 700 millones de dólares por parte de la Argentina con países europeos.
Actualmente la deuda es de aproximadamente U$S 9.500 millones de dólares, herencia de los años liberales. Cabe destacar que hace unos años, el Estado Nacional planteó cancelar esta deuda de una sola vez, con la condición de que el FMI no interviniera. Pero los miembros del Club se negaron a ello y las negociaciones se enfriaron.
El pasado 19 de enero de este año, el Ministro de Economía, Axel Kicillof, viajó a Francia para mantener reuniones con la entidad, donde se establecieron los principios de una nueva negociación.
En esta ocasión, Argentina propuso otras condiciones financieras para pagar su deuda pero sin poner en riesgo el desarrollo que viene sosteniendo. En respuesta, los acreedores realizaron una invitación formal para iniciar a partir de fines de mayo próximo las negociaciones para la cancelación.
Una importante instancia previa fue el encuentro reciente entre la mandataria Cristina Fernández de Kirchner y Francois Hollande, donde se logró que el gobierno francés apoye a la Argentina ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en la disputa judicial con los buitres y, a su vez, permitió dialogar sobre la postura francesa respecto de las negociaciones con el Club de París.
Los fondos buitres son fondos de inversión que invierten en deudas públicas de países en situación de debilidad financiera o cercana al default. Es decir, mediante la especulación financiera, compran títulos de deuda de los países en crisis a precios bajísimos para luego litigar en los foros internacionales y cobrar, ya no el valor inicial, sino el resultante con altísimos intereses.
Frente a los fondos buitres la situación es más compleja ya que poseen un poder de presión muy importante sobre el sistema financiero internacional. A la fecha han impuesto 28 embargos a la Argentina desde 2001, incluida la retención de la Fragata Libertad en Ghana en octubre de 2012.
El actual gobierno encabezado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner logró recuperar todos los bienes por la vía legal, revirtiendo de ese modo el intento extorsivo impulsado por de estos especuladores.
Pese a que Argentina siempre mostró su voluntad de pago, estos grupos viven de invertir en instrumentos con altos riesgos amparándose en legislaciones que avalan este tipo de actividades, como la de Estados Unidos.
Asimismo, en el ámbito local también cuentan con la complicidad de los grandes medios de comunicación, quienes omiten relatar la historia completa y contar qué son estos fondos y de dónde vienen, con el único fin de instalar en la opinión pública que la imagen internacional del país es mala y que tiende a agravarse a medida que se suceden las políticas del actual gobierno.
Pese a que estos grupos tienen un gran poder de presión sobre los países emergentes, la Argentina constituye el mejor ejemplo a seguir para todos los países que se decidan a dar lucha frente a la especulación sin escrúpulos del sistema financiero.
Es por ello que es importante destacar que mientras el proyecto político de la Argentina se enmarque en los ejes que propone el kirchnerismo, la soberanía económica está asegurada.