Los jugadores que aparecieron durante 2013 y consolidaron al fútbol argentino como una fuente inextinguible de talentos for export. Si todavía no los descubriste, hacelo en esta nota.

10-Gastón Gil Romero (Estudiantes). Resultó una grata aparición en un mediocampo que no había logrado amoldarse a la partida de Rodrigo Braña. El rionegrino, de 20 años, recibió un estímulo importante en sus pasos iniciales en Primera: jugar pegadito a Juan Sebastián Verón. Lejos de amilanarse, se afianzó rápido y hoy es una fija para el entrenador Mauricio Pellegrino.

9-Nery Domínguez (Rosario Central). La mitad canalla de Rosario está tan contenta con él que no duda en arriesgar la comparación con Sergio Busquets, el genial mediocampista del Barcelona. Al cañadense, de 23 años, no le pesan las expectativas ajenas: tras una gran temporada individual en el camino de regreso a Primera División, se convirtió en una pieza fundamental de la audaz propuesta llevada adelante por el técnico Miguel Ángel Russo, que suele parar a Central con tres volantes con aptitudes creativas y tres delanteros. Es alto, sus movimientos son elegantes y es un muy buen pasador, tanto con la pelota al pie como en envíos largos.

8-Marcelo Vidal (Independiente). La dirigencia encabezada por Javier Cantero incorporó a Franco Razzotti y a Andrés Alderete para afrontar la durísima temporada en la B Nacional, pero él, en silencio tras una retrasada irrupción en Primera provocada en parte por razones extrafutbolísticas (incluso estuvo "colgado" un tiempo), se adueñó del puesto, fue fundamental en la levantada del equipo y mostró credenciales muy interesantes: sentido de la ubicación, inteligencia, sacrificio y una pegada fabulosa que lució en su golazo a Patronato desde media cancha, luego de la presentación con aquel disparo que posibilitó un triunfo frente a Gimnasia de Jujuy.

7-Fernando Elizari (Quilmes–San Lorenzo). Otro que tuvo una explosiva aparición tras un debut demorado. El enganche que es primo de los hermanos Diego y Gabriel Milito se formó en Quilmes, pero desembarcó en Independiente antes de su bautismo profesional. En el cuadro de Avellaneda fue tres veces al banco de suplentes de la Primera, aunque nunca ingresó. En su regreso a Quilmes, Omar De Felippe apostó por él y recogió los frutos rápidamente: gracias a su capacidad de desequilibrio en el mano a mano y una importante cuota de gol, Elizari fue una de las figuras en la gran campaña del primer semestre de 2013 que le permitió al Cervecero mantenerse en el fútbol grande. Marcelo Tinelli y compañía compraron su pase y lo llevaron a San Lorenzo, donde todavía no logró la continuidad necesaria.

6-Lucas Albertengo (Atlético Rafaela). El técnico Jorge Burruchaga quedó flechado al verlo en la Tercera, lo llevó a la pretemporada a mitad de año y le dio pista rápidamente como titular. El delantero se acomodó rápido y ofreció un repertorio de goles y asistencias –fue un socio ideal para el uruguayo Diego Vera, uno de los goleadores del último semestre- en la mejor producción de la Crema en el fútbol grande. Juega bien por afuera y por adentro., desborda y también sabe filtrarse entre los centrales rivales. Estudiantes fue el primero que intentó llevárselo, pero la idea de los directivos es transferirlo al exterior.

5-Rodrigo de Paul (Racing). Por vocación es un 10 como los que ya casi no quedan,  aunque su repertorio técnico parece reservarle una interesante docilidad para cumplir otra función creativa. De niño y adolescente se destacó en el fútbol de salón, y se le nota en la relación entre su pie derecho y la pelota. De Paul es uno de los grandes proyectos de la Academia. Mostaza Merlo pretende a un peso pesado para alumbrar su sector (la prioridad es Lucho González) y quizás le venga bien para explotar definitivamente.

4-Rodrigo Gómez (Argentinos Juniors). En La Paternal parecían condenados al descenso antes de mitad de año, hasta que Ricardo Caruso Lombardi echó mano en unas Inferiores de gran reputación histórica y encontró lo que le faltaba al equipo: ganas, frescura, atrevimiento,  una luz que alumbrara al resto.  Súper completo, hábil, dueño de una gran pegada y la versatilidad suficiente para moverse en distintos sectores de la cancha, Droopy acaparó rápidamente la atención de la escena futbolera con gambetas y algunos golazos. A sus 20 años, tendrá la responsabilidad de levantar a un equipo que volvió a derrumbarse en las estaciones finales del año. Talento le sobra.

3-Franco Mussis (Gimnasia LP). Casi todos los rivales del Lobo en su vuelta a Primera sufrieron a ese pelado bajito, lleno de personalidad y energía, completísimo, solidario y con la técnica y la fibra suficiente para bancar una gran actividad. Es el motor del equipo dirigido por Pedro Troglio. Todas las pelotas pasan por él y, como si fuera poco, también llega al arco contrario. Aunque la atención se le multiplicó con el golazo que le convirtió a Boca en la Bombonera durante la penúltima fecha, Mussis jugó en gran nivel durante todo el campeonato.  

2-Eder Álvarez Balanta (River). Se afianzó rapidísimo y mostró una distinguida serie de cualidades de elite: físico, personalidad, inteligencia, ubicación, técnica, cabezazo. El colombiano es un central notable y Ramón Díaz sabe que allí tiene una garantía. "No soy un crack", fue la frase con la que intentó escaparle hace poco a la admiración despertada por su juego. Pero no le creemos: lo quiere Barcelona -nada menos- y no deja de soñar con el llamado de José Pekerman para el Mundial de Brasil. Habrá que seguirle los pasos en los primeros meses de 2014.

1-Ángel Correa (San Lorenzo). Hace apenas unos meses era considerado como una de las grandes promesas del fútbol argentino. Tardó muy poco en convertirse en una realidad con un título de campeón bajo el brazo. En el medio, un repertorio de jugadas vitales –algunas con el sello de los elegidos- para que en Boedo sumaran una nueva estrella. Afuera, Angelito, de 18 años, es un pibe tranquilo y sencillo que adora las milanesas de su mamá. Adentro, suele ser una pesadilla para los defensores rivales. Bravísimo en el mano a mano, veloz, buen definidor. Jugadorazo con inevitable destino europeo.


A seguirlos:     

Ramiro Cáseres (Vélez). Nació en 1994, cuando el club de Liniers ganaba la Copa Libertadores y la Intercontinental.  Es uno de los exponentes de la interesante camada que incluye a Agustín Allione, Lucas Romero y Brian Ferreira. Se dejó ver con dos goles al Newell's campeón en Liniers, y tres a Rosario Central en Arroyito. El técnico Ricardo Gareca confió en él para reemplazar al suspendido Mauro Zárate en la finalísima con San Lorenzo. Sabe que deberá aprovechar las oportunidades que tenga porque la dupla atacante ya está cubierta además por Lucas Pratto, aunque luce condiciones para bancar el desafío.  

Giovanni Simeone (River). Ramón Díaz lo mandó a la cancha ante el demorado arribo de Teófilo Gutiérrez, pero luego se las ingenió igual para sumar minutos y alcanzar su bautismo con el gol. Tiene un apellido fuerte y eso siempre es un condicionante. Con la llegada de Fernando Cavenaghi tendrá que esperar para afirmarse, aunque puede servirle como incentivo para la maduración.

Emiliano Rigoni (Belgrano). Tres partidos sobre el cierre del año consolidaron a este mediocampista "mixto" (como algunos suelen llamarlos) en el que Ricardo Zielinski, técnico del equipo, tiene depositadas grandes expectativas. El caroyense, de 20 años, puede jugar por ambas bandas. Y posee una inusual cualidad, acaso un plus: es ambidiestro. La rompió en el recorrido final que le permitió al Pirata alcanzar 29 puntos y cerrar otra muy buena campaña. Habrá que estar atentos con él durante 2014.

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