En 1906 la inmobiliaria Guerrico y Williams intentó ofrecer a la venta el lote, aunque el castillo ya estaba terminado. Sin embargo, nunca lograron venderlo, ya que por el barrio circulaban leyendas sobre la existencia de almas en pena, precisamente de dos jóvenes enamorados que fueron atropellados por el tren que pasaba (y pasa actualmente) a media cuadra del castillo, donde ellos vivían. La leyenda es aún hoy repetida por los vecinos menos escépticos y supersticiosos.
Más allá de su aspecto mitológico, la cuestión es que todos los emprendimientos comerciales que se llevaron a cabo fracasaron rotundamente.
“En una oportunidad, tuve la posibilidad de entrar al castillo por una fiesta de gente amiga de mis padres. Yo tenía diez años aproximadamente. Recuerdo haber escuchado zapateos, sollozos y gritos.
Pregunté si había otra fiesta en la planta superior. Me dijeron que no, que todo estaba abandonado en las plantas superiores. Nunca supe si era verdad o una viveza para burlar mi inocencia”, comentó un vecino del barrio llamado José Alberto.
Un antiguo caserónEsta fantástica construcción se encuentra ubicada en la calle Campana 3220 y su denominación original era Castillo de Majó, café de recepciones.
El antiguo caserón de cinco pisos, caracterizado por las terrazas y balcones que franquean la esbelta cúpula, recibió el nombre de Castillo de los Bichos por las extrañas molduras de animales que lo adornan. Se dice que la obra fue encomendada por un noble italiano como regalo de bodas para su hija.
La historia se torna trágica cuando partiendo de su fiesta de bodas, y ante la mirada horrorizada de los invitados que saludaban desde los balcones y terrazas, el automóvil que transportaba a los recién casados fue arrasado por un tren.
A continuación, los padres retornaron a su tierra natal quedando la mansión abandonada por muchos años pues todo el barrio temía, no sólo de su terrible historia, sino también de otras de fantasmas de la pareja.
Otra versión asegura que no existió ni un noble italiano ni pareja alguna, y que fue construido como casa de citas de lujo y que nunca funcionó.
En Villa del Parque lo llaman la joya de barrio y carga con muchas historias y leyendas sobre sus espaldas, al punto tal de convertirse en algo así como la insignia de los habitantes de la Villa.
Aunque -como quedó dicho- se ha hecho famoso como El Castillo de los Bichos también es llamado el Palacio de Villa del Parque o El Castillo Encantado y valla a saber de cuantas formas más lo apodaron los vecinos. Consta de cinco pisos rematados por una cúpula elegante, en la esquina de Campana y Ricardo Gutiérrez, construido por Muñoz González.
En tanto, la leyenda habla de que su primer dueño, un noble italiano, lo mandó a construir para regalárselo a su hija. Pero desgraciadamente, el día de la boda y en presencia de todos los invitados la pareja fue arrasada por el convoy que venía velozmente, sin poder detenerse. Tras la muerte de los novios, nació la leyenda del castillo encantado.