Argentina vuelve a sentarse en la mesa chica de la FIFA

El dirigente paraguayo adelantó las elecciones para que las nuevas alianzas comiencen a traccionar cuanto antes, en sintonía con Zurich. Desde el martes, la agenda se tornó formal y el Concejo de Conmebol tendrá la primera de sus reuniones, mientras que el jueves se desarrollará el congreso ordinario en un hotel cinco estrellas contará con la presencia de Gianni Infantino, presidente de la FIFA.

Domínguez estrenará un nuevo mandato con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, como vicepresidente segundo. De esta manera, una de las asociaciones más fuertes de la región recupera un lugar en la toma de decisiones, un rol que perdió tras la muerte de Julio Grondona y la debacle de los años posteriores en que la asociación se desgranó en su lucha por la conducción.

Pero además constituye un nuevo espacio de poder en el que Tapia se diferencia de su socio por conveniencia: Daniel Angelici, además enfrentado a Domínguez. El Tano, de todos modos, fue el anfitrión en la reunión del lunes en la que se selló el pacto que le da mayor peso propio a Chiqui.

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En su quinta de Pilar, Domínguez confirmó la vicepresidencia segunda para Tapia y la escalada directa a la FIFA, donde tendrá voz y voto, pero sobre todo juego propio. Eso sucederá más adelante, no conjuntamente con la vicepresidencia de Conmebol, pero es un hecho.

Además del comité ejecutivo en pleno y los hombres de confianza de Tapia, estuvieron presentes los presidentes de la asociaciones de fútbol de Paraguay, Robert Harrison; de Perú, Erwin Oviedo; y de Uruguay, Wilmar Valdez.

Con la Conmebol apoyando la gestión de Infantino, Tapia se acomoda en el escenario mundial que tuvo a Grondona –hasta su muerte, a poco del FIFA Gate- como pieza fundamental.