El equipo catalán (que no contó ni con Messi ni con Neymar) venció al Guangzhou Evergrande por 3 a 0, con goles del uruguayo (el tercero, de penal). El blaugrana se clasificó a la final del Mundial de Clubes y jugará por el título con River
Sin Lionel Messi, afectado por un cólico renal que a último momento lo dejó fuera del partido, y sin Neymar, quien estuvo en el banco de suplentes, aunque de antemano se sabía que no sería arriesgado, a Barcelona igualmente le sobró jerarquía para despachar cómodamente al Guangzhou de China.
Un triplete del uruguayo Luis Suárez y la conducción del talentoso Andrés Iniesta fueron los principales argumentos del campeón de Europa para firmar el contundente 3 a 0, que transformó al conjunto español en rival de River en la final del Mundial de Clubes.
De cara al choque decisivo del domingo, que ya se palpita y que genera infinidad de análisis en la previa, habrá que ver cómo evolucionan Messi y Neymar, porque si bien frente al Guangzhou chino las ausencias de ambos no se sintieron, otra cosa será el cruce contra un River que ha imaginado este desafío desde hace mucho y cuyo bagaje de recursos es claramente mayor al del equipo que dirige Luiz Felipe Scolari.
Marcelo Gallardo y Enzo Francescoli vieron en el estadio la victoria de Barcelona, pero cualquier conclusión que haya sacado el entrenador "millonario" encontrará limitaciones. ¿Por qué? Porque Munir y Sergi Roberto, que integraron la formación titular, no son Messi y Neymar. Y porque la disposición táctica y el concepto de juego de Barcelona no ofrecen ningún misterio. Los aportes individuales enriquecen la idea global, entonces las recetas mágicas de los adversarios se desvanecen. En esta oportunidad, Scolari apostó a juntar hombres del medio hacia atrás y a tratar de achicar espacios. La respuesta azulgrana fue buscar con paciencia, hasta que Rakitic remató de media distancia, el arquero Shua Li dio un rebote largo y Suárez puso en marcha su noche perfecta. Ahí se derrumbó el esquema de Felipao.
El período inicial, de trámite repetido, se fue con el gol como hecho destacado y con la desagradable sensación que dejó la grave lesión del defensor chino Zheng Zou, quien sufrió una fractura al apoyar mal su pie izquierdo cuando disputaba una pelota con Dani Alves. Después, si había alguna incógnita en cuanto al desenlace de la semifinal, la respuesta llegó con el golazo del 2-0, construído por un genial pase de Iniesta y por una soberbia definición de Suárez. El tercero (otra vez Suárez, ejecutando un penal mal sancionado por el salvadoreño Joel Aguilar) le bajó el telón al partido y potenció la expectativa que provoca la final. Barcelona espera por Messi y por Neymar. Y River mantiene encendida su ilusión.
Reviví los goles del partido y del Mundial de Clubes:
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