La personalidad fue el signo distintivo del Granate para traerse un buen resultado de Venezuela (1 a 1). Zulia había sido superior por largos pasajes, pero Lanús supo reaccionar y se trajo un punto que lo mantiene en la punta -ahora compartida.
Negativo. En todos los sentidos fue ese primer tiempo para el Granate, no solamente por irse a los vestuarios en desventaja, sino por las lesiones.
En lo que hace al marcador, fue merecido que Zulia se fuera con la mínima diferencia a su favor. Es que el equipo venezolano fue más dúctil y le dio mayor movilidad a su juego. Desde el vamos, sorprendió al equipo Granate con el tándem compuesto por Cordero y Savarino.
Parecía que el conjunto de Almirón, que sintió mucho la ausencia de Román Martínez -la idea de jugar con un 4-3-3 esta vez no funcionó y fue un equipo largo y lento- iba a salir del asedio.
Pero, allá por el cuarto de hora, Arango, desde lejos y por medio de una pelota parada, motivó a Andrada a llevar a cabo una volada espectacular, al rato, Orozco recibió largo de Rivillo, eludió al arquero, pero definió mal, Fue la jugada en donde se lesionó Velázquez. Hasta que, pasado el cuarto de hora, el argentino Unrein no pudo conectar un centro, pero sí lo hizo Rivillo, desde la boca del área, con un tremendo remate cruzado que dejó a Andrada sin chance.
Recién ahí reaccionó Lanús. El ingreso de Toledo le hizo bien. Un tiro de Sand fue devuelto por un defensor de manera providencial y luego, el disparo de Silva, se fue cerca del palo de la mano derecha de Vega.
No cambió el ritmo el Granate en el segundo tiempo. Pero fue esta vez el travesaño el que salvó a Andrada, tras una mala salida. Después de eso, Almirón apeló a la experiencia de Denis para revertir la situación, creció Pasquini. Y eso le dio rápidos réditos: el Tanque la inició y Sand clavó el empate con un furibundo disparo bajo y a la derecha. De todos modos, sufrió hasta el final, Andrada se lo tapó a Orozco, pero el Granate resistió.
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