Vencido por el cansancio, el pequeño Fadi apoya la cabeza en el hombro de su padre, quien lo sujeta en brazos mientras camina en la oscuridad por la pista del aeropuerto.
“íBienvenidos a San Luis... de corazón!”, gritaron decenas de personas en la terminal aérea provincial al recibir a los 12 sirios recién llegados, incluidos Fadi y su padre.
En momentos que países como Estados Unidos buscan limitar la entrada de sirios que huyen de la violencia en su país, el gobierno puntano les abrió las puertas como parte del que es considerado el programa de acogida más generoso en la región.
San Luis decidió cubrir los gastos de traslado en avión desde Siria, así como la vivienda, la salud, la educación e incluso ayudar a buscar trabajo a quienes elijan esa provincia para reconstruir su vida.
Los integrantes de tres familias sirias llegaron la madrugada del 13 de marzo, luego de un largo viaje desde Alepo, una de las ciudades sirias más golpeadas por una guerra que se ha extendido por seis años y ha dejado más de 400.000 muertos y millones de desplazados.
Vivirán en apartamentos amueblados de dos dormitorios que utilizan los estudiantes de la Universidad de La Punta, en las afueras de la capital provincial. Los recién llegados permanecerán allí tres meses mientras se aclimatan y reciben clases intensivas de español, hasta su traslado a otros lugares.
La incesante caída de bombas, la falta de electricidad y de agua, así como los altos precios, impulsaron a las tres familias cristianas a decir basta. El empujón final provino del sacerdote católico argentino David Fernández, quien vive en Alepo y les comentó la posibilidad que se abría en San Luis, convertida desde diciembre en la única provincia miembro de un corredor internacional para los huidos de la guerra.
“Cuando uno ve que hay campos de refugiados con millones de personas que les hacen un muro para la seguridad, se pregunta: ¿para seguridad de quién?rdquo;, afirmó el gobernador Alberto Rodríguez Saá
“Son situaciones desesperantes y es natural pensar en ayudar”, añadió Rodríguez Saá.
Cabe destacar que San Luis es una provincia de unos 450.000 habitantes que desarrolló en los últimos años el sector agroindustrial, además de la producción de electrodomésticos y la actividad lechera, lo cual le ha dado cierta estabilidad económica.
Argentina ha recibido unos 227 sirios desde fines de 2014 bajo el paraguas del plan Siria del gobierno nacional, aunque el programa de San Luis es más inclusivo.
En total, cerca de 1.600 sirios llegaron al territorio argentino desde que estalló en 2011 la guerra, aunque no hay datos de cuántos de ellos permanecen en el país.
Otros países sudamericanos han recibido o han dicho que esperan recibir a sirios.
En Brasil, unos 3.400 sirios ingresaron desde 2013, pero no recibieron el tipo de ayuda que gozan los que llegaron a San Luis. En Chile, el gobierno anunció hace más de un año que estudiaría acoger a no más de 200 personas, sin que ello se haya concretado.
“Antes en Siria, me decía a mí mismo: ’soy nada, estúpido’... pero aquí he aprendido que puedo hacer un montón de cosas: aprender la lengua, aprender de Argentina y su gente”, manifestó uno de los refugiados.