Lucas, su hijo más grande, es volante central y se destaca en la Séptima de Arsenal, mientras que Mateo, de 11 años, transita el último año de infantiles en Lanús: “Siempre me hablan de lo que logró mi papá”, indicó el joven de 16.
Muchas veces la pasión por el fútbol, y la calidad para jugarlo, se hereda de generación en generación. Dentro de esta premisa, en la que entre otros aparecen los Verón, los Solari y los Perotti, están los hijos de Walter Gastón Coyette, habilidoso enganche que brilló en Lanús y consiguió allí la Copa Conmebol 1996. Es que tanto Lucas, jugador de la Séptima División de Arsenal, como Mateo, quien se desempeña en las infantiles del Granate, quieren emular el camino trazado por su padre.

A los 16 años, Lucas Coyette es toda una promesa dentro del fútbol de divisiones inferiores. Volante central, hábil para entregar la pelota y jugador generoso con el balón a sus compañeros, crece día a día en Arsenal de Sarandí y aspira a tener un 2014 con más continuidad en el equipo de Gabriel Viscovich y Walter Céspedes, ya que el año pasado disputó algunos partidos e hizo cuatro goles.

"Estoy en el Viaducto desde 2011. El primer período de inferiores lo hice en Lanús, donde venía de Infantiles. Pero después, por un tema mío personal me fui, además cambié de colegio y la mejor opción era venir a Sarandí", contó el joven futbolista, quien se describió como "un volante central, al que le gusta pasar al ataque, entregando la pelota al pie y no tirando pelotazos".

En tanto, en diálogo con este medio, contó cómo fue su 2013 en la cantera de Arsenal: "El año pasado arranque muy bien, jugando muchos partidos, luego tuve un bajón y después mejoré y pude volver a tener más continuidad. Esta temporada espero poder agarrar más confianza y progresar en la Séptima", indicó Lucas.

En estos primeros pasos como futbolista, el volante, que admira a Fernando Gago y de Andrés Iniesta, no puede evitar las comparaciones con su padre: "Siempre me hablan de él, de lo que fue como jugador, de todo lo que logró, de la Copa Conmebol y de su paso por las juveniles. Ojalá algún día juegue un mundial juvenil como él, y llegue al fútbol del exterior, pero para eso tendré que trabajar duro y ganarme mi lugar", enfatizó.

  • El más chico, al fondo

Por el lado de Mateo, tiene 11 años, juega de marcador lateral derecho en la categoría 2002 de Lanús, club del que es hincha, y aunque su ídolo es Daniel Alves, la referencia siempre está puesta en su padre.

"Yo quiero ser como mi papá, mucha gente me cuenta todo el tiempo lo bueno que fue para el club y yo intento seguirlo. Mi posición es sacrificada, defiendo mucho y en la última temporada no hice goles, pero me preparo para darle seguridad a mis compañeros en el fondo", explicó el niño del Granate.

Mateo tiene como sueño jugar en Primera con Lanús, pero antes quiere seguir aprendiendo en las inferiores del Granate: "En este club me tratan bien", indicó uno de los encargados de volver a poner el apellido Coyette en lo más alto del fútbol argentino.

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