La caída en las tasas de vacunación con BCG, la falta de diagnóstico oportuno y las desigualdades en el acceso a la salud reavivan la preocupación por una enfermedad prevenible y curable que sigue afectando a miles de personas.
La tuberculosis resurge en Argentina con un alarmante incremento del 38% en los casos registrados, según los últimos datos oficiales. El Boletín Epidemiológico Nacional correspondiente a abril de 2025 confirmó 3.488 nuevos contagios, una cifra que supera ampliamente la mediana histórica de los últimos cinco años, situada en 2.530. El aumento pone en evidencia las debilidades del sistema de prevención y control, y vuelve a centrar el debate sanitario en torno a la vacunación, la detección temprana y el tratamiento sostenido.
La tuberculosis (TB), una enfermedad infecciosa causada por el bacilo de Koch, se transmite por el aire y se propaga más fácilmente en entornos cerrados o de convivencia prolongada, como hogares, escuelas, cárceles o lugares de trabajo. Aunque es prevenible y tratable, su persistencia refleja problemas estructurales que van desde la desinformación hasta el acceso desigual a los servicios de salud.
"La desinformación y la desigualdad en el acceso a la salud son obstáculos que debemos superar. Las vacunas salvan entre 2 y 3 millones de vidas por año en el mundo", advirtió la Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de OSPEDYC. Sus palabras resuenan con fuerza en un contexto donde la tasa de aplicación de la vacuna BCG –la principal herramienta de prevención para las formas graves de TB– sigue siendo baja, especialmente entre los sectores más vulnerables.
La vacuna BCG, administrada habitualmente al nacer, previene las manifestaciones más graves de la enfermedad, como la meningitis tuberculosa y la osteomielitis. Su aplicación es única, no requiere refuerzo, y es considerada efectiva incluso si no deja cicatriz, siempre que exista constancia en el carnet de vacunación. No obstante, en niños menores de seis años sin marca visible ni registro, se recomienda su administración.
La baja percepción de riesgo frente a la enfermedad y la falta de controles adecuados en la vacunación infantil agravan el panorama. En este sentido, las autoridades sanitarias han reforzado las campañas para chequear esquemas vacunales y promover la inmunización temprana, sobre todo en regiones de alta concentración poblacional.
El Área Metropolitana de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de casos del país. Entre 2023 y 2024, se registraron más de 19.900 contagios, reflejando una tendencia ascendente que no se detiene. Las condiciones de hacinamiento, la falta de seguimiento médico en poblaciones vulnerables y las barreras estructurales para acceder a diagnósticos y tratamientos eficaces contribuyen a explicar este fenómeno.
La tuberculosis puede pasar desapercibida en sus primeras fases. Los síntomas más frecuentes incluyen tos persistente durante más de dos semanas, fiebre (especialmente vespertina), sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicable, fatiga y dolor en el pecho al toser o respirar. La falta de detección a tiempo y la interrupción de tratamientos favorecen su transmisión comunitaria.
Los expertos coinciden en que el control de la tuberculosis se apoya en tres pilares fundamentales: vacunación, diagnóstico precoz y tratamiento efectivo. La estrategia sanitaria debe contemplar estos aspectos de forma integral para cortar la cadena de contagios.
En ese sentido, el Ministerio de Salud insiste en la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y garantizar la continuidad de tratamientos, que suelen durar entre seis y nueve meses. El abandono terapéutico no solo pone en riesgo la salud individual, sino que también puede derivar en formas resistentes del bacilo, mucho más difíciles de tratar.
La tuberculosis ha sido históricamente una enfermedad asociada a la pobreza, pero su resurgimiento demuestra que su alcance es transversal. En un contexto de crisis socioeconómica, las condiciones que favorecen su expansión –hacinamiento, desnutrición, dificultades de acceso al sistema de salud– se hacen más presentes.
A más de un siglo del descubrimiento del bacilo de Koch, la TB sigue siendo un desafío vigente. Con 3.488 casos nuevos reportados en solo un mes y una curva ascendente que no se detiene, la necesidad de reforzar políticas de prevención y atención integral es más urgente que nunca.
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