De una vereda, un audiovisual que presenta "falsas denuncias" de madres que les prohíben a sus ex maridos ver a sus hijos. De la otra, una ONG que repudia que el film esté subsidiado por el Estado, ya que, considera, "fomenta la violencia y el abuso sexual de menores". Las verdades de unos y otros, en esta nota.
Una petición en la página Change.org.ar desató la controversia sobre “Borrando a papá”, un film que pretende difundir supuestas FALSAS denuncias de madres para impedir el contacto entre sus ex maridos y sus hijos.

El pedido lo realizó la histórica ONG Salud Activa, dedicada al acompañamiento y tratamiento de casos de abuso y violencia doméstica, y lo que solicita es el repudio a la difusión del documental en cuestión, subsidiado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

"El INCAA destinó fondos públicos para la producción de este documental que fomenta la violencia y el abuso sexual de menores y por eso manifestamos nuestro repudio", afirma la petición. Su contrapartida fue la inmediata respuesta de los realizadores de "Borrando a papá", que solicitan todo lo contrario: repudiar el pedido de la ONG y que el INCAA continúe apoyándolos.

Pero, en síntesis: ¿de qué trata el documental? Según sus propios realizadores, lo que quieren mostrar son las peripecias por las que pasan padres impedidos de ver a sus hijos, en el marco de "divorcios conflictivos" y "falsas denuncias" por parte de sus ex mujeres (mamás de esos chicos). Para Salud Activa, lo que en realidad esconde la producción es la defensa de padres violentos y/o abusadores que tienen prohibido mantener contacto con sus hijos por decisiones judiciales.

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Las dos caras de la polémica

DiarioPopular.com.ar conversó con la presidenta de la ONG, María Beatriz Müller, quien detalló los motivos de la petición inicial, pero también con la directora del film, Ginger Gentile, quien, por su parte, se defendió de las acusaciones.

Müller afirma que lo que "preocupa" no es el documental en sí, sino su "ideología", por medio de la que "se quiere tirar para atrás toda la lucha contra la violencia de género y doméstica". En cuanto a la petición en sí, la presidenta de la ONG aclara que "de ninguna manera" pide censurar el documental. "Yo estoy en mi derecho de decir que no estoy de acuerdo con lo que se ve allí, por eso pido al INCAA, que depende del Estado, que no apoye la difusión, pero no pido que no se difunda", explica.

Para Müller, los objetivos reales del documental no son los que expresa la productora, sino que lo que el film pretende es "culpar a las mujeres" y ponerlas en el lugar de "perras" que mienten a la Justicia y a sus hijos para que sus ex maridos no puedan verlos. En este sentido, Müller reconoce "montones de casos controvertidos en los que las mujeres prohíben a sus hijos ver a sus padres por la mala relación durante el matrimonio", pero advierte que "este documental no es para ayudar a esa gente".   

"Algunos de los padres que aparecen en el documental tienen medidas judiciales restrictivas de contacto con sus hijos que sabemos que son muy difíciles de obtener, los jueces no las dan así como así", argumenta Müller.

Para la ONG, los grupos de madres y padres que apoyan la difusión del film intentan fomentar la penalización de cuestiones como "falsas denuncias" y lo "peligroso" es que "un montón de violentos se suben a este tren y argumentan que las mujeres son unas perras que los denuncian".

Uno de los argumentos de la petición encabezada por Salud Activa es que "Borrando a papá" fue producido por Gabriel Bolanovsky. Según Müller, Bolanovsky es "un ex convicto que secuestró a su propia hija de 5 años durante casi un año".

"No somos una organización feminista, ni nazi. Nosotros abogamos por la igualdad de género, pero la igualdad no tiene que ver con tratar a ambos géneros por igual, sino con cuidar a los más vulnerables", destaca.

Ante la pregunta de por qué mujeres avalarían este tipo de abusos que ellos denuncian, Müller analiza que "el patriarcado es un modelo social instalado hace muchísimos años y a algunas mujeres les puede quedar cómodo ese lugar".  

Ginger Gentile es directora de "Borrando a papá" y tuvo dos razones principales y personales para hacerlo: la primera, es que es hija de papás divorciados y la segunda, que es la actual esposa de Bolanovsky, quien no ve a su hija hace 12 años.

"Fui enseñada a odiar a mi padre y recién en los últimos años pude entablar una relación", expresa. Como no quería que otros chicos pasaran por esta situación, decidió plasmarlo en un audiovisual. En este sentido, Gentile niega que Bonalovsky sea culpable y recuerda que, si bien estuvo preso por "sustracción de menores", luego fue absuelto.

La hija de Gabriel ahora tiene 18 años, por lo que podría verlo por propia voluntad, pero el argumento es que ahora no quiere. Para Gentile, la Justicia "se lava las manos, deja que un chico llegue a los 18 para que luego pueda decidir, cuando es lógico que después el propio hijo no quiera ver a su padre" porque el vínculo ya está roto.

La realizadora pone el acento en las "falsas denuncias". "En el documental no se tratan casos de abuso sexual sino de denuncias absurdas o de violencia psicológica o verbal", aclara.

"Cuando una denuncia se da en el foro civil, no hay juicios, no hay pruebas, y muchas veces el padre no puede ver el expediente. Y con la sola denuncia verbal, dice la ley, se restringe al padre por un mínimo de 90 días", explica Ginger y denuncia que en el sistema judicial "cualquiera puede hacer una denuncia muy fácilmente y ésta es tomada como prueba". Para ella, lo que se hace es "acumular denuncias" y a las "reales" no se les hace "un seguimiento".

Curiosamente, para la directora de "Borrando a papá" los que "atrasan" en sus argumentos son los que denuncian su documental. "Estamos en el Siglo XXI, y esgrimen argumentos victorianos en los que la mamá tiene que cuidar a los niños y el papá sale a buscar la plata. Nosotros vamos por la tenencia compartida", amplía.

Para la cineasta, es "curioso" que los estamentos del Estado y "algunas ONG" que trabajan contra la violencia de género y reciben subsidios estatales afirmen que hay "muchas denuncias", porque, si trabajaran como corresponde, "la tasa de mortalidad debería ser menor".

La petición de Salud Activa tuvo una repercusión algo contradictoria: por un lado, permitió una masiva difusión del documental en los medios y en las redes sociales, pero, por otro, frenó el estreno del audiovisual. La fecha que el INCAA les había fijado a los realizadores era este jueves, pero luego se suspendió y aún no tienen noticias de cuándo se estrenará.

"No tienen idea de lo que habla mi película. Habla de obstrucción de vínculos. Son testimonios de padres que quieren ser papás presentes y no pueden", resume Gentile, quien considera que "si la denuncia viene de un hombre, la mujer siempre es justificada"

"En 20 años de trabajo, nunca vi un caso de falsa denuncia, aunque sí casos en los que la Justicia no pudo probar desde lo penal el abuso", concluye Müller.      

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