Cada 2 de febrero se celebra en Canadá y en Estados Unidos el "Día de la Marmota" (Groundhog Day en inglés) y se trata de un método folclórico usado por los granjeros para predecir el fin del invierno y la llegada de la primavera, basado en el comportamiento del animal cuando sale de hibernar el 2 de febrero.
El origen de este día se vincula al pueblo estadounidense de Punxsutawney (Pensilvania) en 1887. Desde ese día se lleva a cabo la siguiente tradición: si cuando la marmota sale de su madriguera cada amanecer del 2 de febrero, no ve su sombra, la primavera llegará pronto. Sin embargo, si puede ver su sombra, el invierno del hemisferio norte se extenderá durante seis semanas más.
A pesar de que se celebre todos los años, no hay uno preciso para relacionarlo con el origen de esta tradición pero las primeras menciones que hay se remontan al año 1840, cuando el escritor James L. Morris hizo una referencia a esta festividad en su diario.
Durante este día cientos de personas se acercan a la colina de Gobbler's Knob, ubicada en este pueblo de Pensilvania anteriormente mencionado, donde los miembros del Círculo Interior del Groundhog Club son los encargados de sacar a la marmota Phil de Punxsutawney de su madriguera y así comunicar el pronóstico del roedor.
Con respecto al nombre de la marmota, se le llama "Phil" debido a que fue el nombre que se le atribuyó a la primera marmota que hizo la predicción en Punxsutawney. En consecuencia, para seguir con la tradición se sigue utilizando la misma denominación para hablar de estas marmotas.
Durante la tradicional ceremonia realizada este día en Punxsutawney, el animal pudo ver su sombra, por lo que la última predicción vigente es que el invierno continuará durante seis semanas.
Los agricultores alemanes solían utilizar un erizo, de tal forma que si este podía ver su propia sombra el 2 de febrero, el invierno duraría más tiempo. En cualquier caso, esta es una tradición que se extiende a todos los agricultores, tanto de Estados Unidos, Canadá y Alemania, que desde hace siglos, esperan a este día para saber si podían o no iniciar la siembra.
Aunque la esencia de esta celebración pasa por la supuesta precisión de las marmotas en sus predicciones, lo cierto es que se demostró que el comportamiento de estos roedores no son siempre fiables.
Algunos indican que, en general, poseen un historial de aciertos que oscila entre el 75 y el 90 por ciento. No obstante, varios estudios realizados postulan que las cifras serían mucho más bajas. En Canadá, por ejemplo, se midieron los pronósticos de 4 décadas en 13 ciudades distintas y se llegó a la conclusión que el total de aciertos fue del 37 por ciento.
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