Sergio Tomaro: pasión y amor por el periodismo “popular”

Dicen que falleció, afirman que ayer se detuvo el corazón del periodista que durante las últimas décadas escribió, muchas veces hasta el agotamiento, para quienes cada jornada hacen un inmenso esfuerzo y compran el diario. Tipeaba el maestro, el compañero, el amigo.

Tipeaba y soñaba con un mundo mejor, más justo, más solidario, sin violencia. Tipeaba y levantaba vuelo. Tipeaba y enseñaba que el periodismo es el mejor oficio del mundo.

Sergio Tomaro es presente porque su talento, pasión y amor se alojó hace rato en los corazones de quienes hoy fueron por “El Popu” hasta el puesto de diarios. Tal vez contando monedas para llegar al precio de tapa. Y él honraba eso. Pensaba la palabra, luego la frase y finalmente que cada párrafo tuviera sentido, armonía. Cada nota suya era su sinfonía y se las regalaba a ustedes, lectoras y lectores.

Sergio Tomaro tipeaba fuerte, con el alma en cada tecla.

Con la fiereza de quienes aprendieron a trabajar con las viejas máquinas, sintiendo el olor de la tinta. Mirando sin pestañear la desafiante hoja blanca, que se llenaba de letras, de palabras, de sueños.

Sergio Tomaro escribía y así vivía. Era el alimento, el oxígeno y el horizonte lleno de utopías. Hablaba por teléfono buscando información y su voz era fuego. Salía a la calle y se expandía, se convertía casi en un ser mítico, extraordinario, eterno. Lo vimos, lo sentimos, quienes compartimos redacción con él.

Sergio Tomaro tenía coraje para contar, relatar. Se metió mil veces en el barro, con las patas, las manos y el corazón.

No salía indemne de ninguna historia, porque su sensibilidad era tan extrema que se dejaba atravesar. Lloraba, se reía, se enojaba y se alegraba. Era otro cada vez que terminaba una nota. Otro periodista, uno mejor que en el artículo anterior.

Sergio Tomaro es profesor de muchas personas que hoy abrazan en Argentina el oficio del periodismo. “Sostener”, “mantener”, “promover”, “incrementar”, “fortalecer”. Todos conceptos que incluyen el origen latino de la palabra alumno. Palabras que lo mencionan y definen. En estas horas, las redes sociales se desbordan de homenajes realizados por las personas que su corazón transformó en otras, en otros.

Sergio Tomaro es un maravilloso hincha de Almagro.

Alcanza con contarles que en una inesperada goleada de su equipo en cancha visitante, mientras todos allí gritaban y festejaban el categórico triunfo, él se emocionó hasta las lágrimas porque la hinchada del equipo perdedor seguía alentando. Amaba el fútbol, que es lo mismo que amar la vida.

Sergio Tomaro ahí está para llevar a compañeros en su vehículo hasta lugares recónditos.

Sergio Tomaro ahí está para enseñar, empujar y alentar a sus alumnas y alumnos de la Universidad Nacional de La Matanza.

Sergio Tomaro ahí está para salir corriendo por algún familiar o alguna persona que amaba.

Sergio Tomaro escribió décadas, siempre pensando en ustedes. Siempre con ustedes a su lado.

Escribía para ustedes, aún maltrecho, con dolores, amasijado por la rudeza de la vida, pero con el brillo del humor, la ironía, la sonrisa amplia y el abrazo necesario disponible.

Y hoy, cuando se dice que su corazón se detuvo, lo sigue haciendo, a través de sus colegas que lo admiramos, respetamos y amamos profundamente. Hasta siempre, Sergio Tomaro. El amor no muere.