Luego de permanecer durante 18 años en coma, falleció el espectador mendocino que había sido aplastado por una avalancha en un recital de la Bersuit Vergarabat. Se trata de Pablo Cordero de 38 años, quien el 12 de abril de 2003 sufrió graves heridas durante el recital celebrado por la banda en el Estadio Pacífico, de Mendoza.
Cordero, quien por entonces era un estudiante de 20 años, sufrió graves politraumatismos y un paro cardiorrespiratorio en la salida del espectáculo; la marea humana comenzó a moverse en un mismo sentido, desaforada por salir por uno de los pocos portones habilitados, y en uno de esos el joven rafaelino cayó al piso y fue aplastado por la multitud. A causa de las lesiones, quedó postrado y en estado de coma casi la mitad de su vida.
Por ese hecho, la Cámara de Apelaciones en lo Civil condenó al club San Martín, dueño del estadio, a la Municipalidad de Mendoza y a los miembros de la banda a abonar 1,8 millones de pesos de indemnización a la familia de la víctima.
En su fallo, la Justicia resolvió que había habido sobreventa de entradas y la capacidad del estadio había sido ampliamente superada, con más de 6 mil personas en su interior; los camaristas expidieron este fallo en noviembre de 2013, una década después del hecho.
La municipalidad afrontó el total del pago de la indemnización a la familia Cordero y posteriormente inició acciones legales contra los miembros de la banda y el club.
En un primer fallo, la Cuarta Cámara de apelaciones en lo Civil, había señalado que la instalación de vallados provocó un "verdadero cuello de botella". Además, no se proveyó "de ambulancias ni servicio de emergencia médica, por lo que Cordero tuvo que ser llevado al hospital en un móvil policial y no se le pudo practicar medicina de emergencia en el lugar por inexistencia del servicio", sostuvieron los camaristas.
También se consideró que durante el recital "no se proveyeron medidas de aireación ni ventilación mínimas, no se proveyeron salidas adecuadas, no se proveyeron puertas batientes con apertura hacia el exterior; no se respetaron las medidas mínimas de las aberturas de egreso, falencias todas imputables al organizador del evento".
Por el hecho ocurrido en 2003, la banda fue condenada por la Justicia y no pudo tocar en Mendoza. No obstante, los músicos viajaron varias veces a ver al mendocino y a su familia en San Rafael.