Cuenta la leyenda que Adidas escribió la historia de la vestimenta de los futbolistas pero después llegó Nike y dio vuelta la situación. Claudio Destéfano y otra clase magistral.
No hay fanático del fútbol que deje fuera del podio de los mejores equipos de la historia al increíble Holanda de 1974. Y no recitan de memoria la formación completa como estilan los que peinan canas cuando se refi eren a los históricos equipos en los ‘50 de Boca, San Lorenzo o la Máquina, simplemente porque los apellidos eran tan difíciles de escribir como de pronunciar.

No existe un futbolero de paladar negro pueda gambetear esa final con Alemania y, al mismo tiempo, es imposible que un especialista en marcas se pierda de contar algo llamativo de ese certamen, que literalmente provocó un quiebre en la industria del marketing deportivo. Cuenta la leyenda que Adidas escribió la historia de la vestimenta de los futbolistas. Las fotos de la época demuestran el derroche de tres tiras en botines y etiquetas de camisetas de colección hasta que los alemanes de Adi Dassler (creador de Adidas) lograron poner su isólogo y agregarle artística a las mangas con sus tiras.

Es justo decir que un capítulo de la historia lo escribió Nike, que incursionó en el fútbol en los años ‘90, y lo hizo “comprando historia”, que se puede explicar al ver la pipa (o swoosh, como se le dice en su país de origen) estampada en camisetas de Brasil, Holanda, Manchester United, Barcelona, Inter o Juventus, Santos, Corinthians o Boca Juniors, por dar algunos ejemplos. Puma, la tercera en discordia, sin la historia que tejió Adidas en el fútbol, y menos con la plata para comprarla como Nike, tentó a jugadores para que usaran sus botines. Eusebio en el Mundial 1966, Pelé en México 1970, Cruy en Alemania ‘74, Kempes en el ‘78, Maradona en el ‘86, o Chilavert y Lothar Matthaus en los mundiales venideros son apenas algunos ejemplos de famosos que usaron los Puma King o Borussia, los dos modelos emblemáticos de la firma que creó Rudolf Dassler, hermano de Adi. Pero hubo quien fue más allá, y las fotos de la época lo demuestran.

En la “Naranja Mecánica” del ‘74, hubo uno que hasta dormía en las concentraciones con la batuta en la mano. Johan Cruy era líder del equipo dentro y fuera de la cancha. Pero era Puma, y Holanda usaba Adidas. Rebelde, divo o como se lo quiera caratular, Cruy puso como condición para jugar ese Mundial que su camiseta no tuviera tres tiras, sino dos. Como la cosa venía de “todo o nada”, el Julio Grondona holandés de la época accedió, generando una situación histórica: que un jugador participara de un Mundial con una camiseta Adidas de dos tiras. Miento si digo que fue solo en un Mundial, pues en Argentina ‘78, ya no estaba Cruy , pero dejó herederos de su rebeldía a las tres tiras. En la recordada fi nal donde Kempes y Bertoni sellaron la suerte del equipo holandés, los mellizos René y Willy Van de Kerkhof entraron al Monumental con su correspondiente Adidas de dos tiras, en honor a Puma.

En el banco también lo hizo Nanninga, (famoso por el tiro en el palo que pudo haber provocado infartos generalizados si la pelota hubiera entrado), con la diferencia que el delantero usaba botines Adidas pero, como no arregló un contrato conveniente para su bolsillo, le pintó con betún la tira del medio. Hoy sería impensado que cosas como éstas sucedieran. Pero no hace mucho (desde que Colón gritó “Tierraaaa” hasta la actualidad, 38 años es nada) la historia cuenta que en dos mundiales hubo futbolistas que usaron Adidas de dos tiras. Es verdad, aunque no usted no lo crea, diría Ripley, y las fotos de la época lo demuestran.

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