Ubicado en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, el barrio de Flores ostenta la particularidad de haber sido fundado a partir de la construcción de la primera basílica, allá por 1806, y a su alrededor fue surgiendo el núcleo de pobladores, muchos de los cuales hacia fines de ese siglo llegaban huyendo de la epidemia de fiebre amarilla a lo que todavía era una zona casi campestre y alejada del centro.
Pero el barrio de Flores también tiene sus marcas distintivas no sólo por albergar buena parte de la cultura porteña y nacional. En sus calles correteaba de chico, y se ilusionaba con un futuro singular, un vecino llamado Jorge Bergoglio.
También fue el barrio que eligió para vivir una pareja de recién casados: el entonces coronel Juan Domingo Perón y su primera mujer, Aurelia Tizón, fallecida muy joven, y quien se crío y gastó los potreros y veredas de esas calles fue además el gran Alfredo Distéfano, gloria de River y del Real Madrid.
La mística sobre este barrio donde hoy viven unas 160 mil personas, inspiraron a uno de sus “hijos”, el periodista e historiador Roberto D’Anna (casado con Laura, y padre de Lucía de 7 años) a investigar a fondo sobre cada rincón y cada aspecto de Flores, una ardua tarea que quedó plasmada en tres libros que abordan con distintas temáticas la historia de la “patria chica” del Papa Francisco, incluyendo anécdotas, personajes, imágenes casi desconocidas y mucha información sobre el tema.
Roberto nos cuenta que “soy de tercera generación de habitantes de Flores, aunque mis abuelos eran oriundos de San Telmo. Mi papá - que era bancario- compró su primera casa en Flores, y yo viví en cinco lugares diferentes en el barrio, entre casas bajas (como la actual) a un piso 14 en la avenida Rivadavia”.
Con una adolescencia alternando estudios entre el Derecho y el periodismo, Roberto asegura que “finalmente el deseo de escribir pudo más” y luego de hacer algunas pasantías en El Gráfico, Roberto inició su trayectoria en abril de 1992 en una editorial que producía revistas empresariales, “fue una experiencia que me dio una gran gimnasia en la actividad, pero en 1999 la editorial se fundió y ni siquiera nos pagaron indemnización”.
Fue entonces que alumbró su primer emprendimiento, el periódico Flores de Papel, con notas barriales, sobre personajes y actividades culturales. “Comenzamos como un boletín, pero fue creciendo con el aporte de colaboradores y vecinos, así llegamos a los 18 años, vamos por el número 220 y por mes editamos unos 20 mil ejemplares, que distribuimos gratuitamente en comercios, colegios y entidades varias”.
Además de su labor como editor de libros, Roberto D’Anna maneja varios sitios web con temáticas diferentes y se define además como un coleccionista serial, que aparte de libros, junta autitos viejos de colección, fotos, soldados de juguete, hasta varios triciclos viejos, y un afiche con Osvaldo Pugliese tocando en una sala de Flores.
Para D’Anna, la magia de Flores tiene que ver con la bohemia, y destaca muchas figuras del arte y la literatura que habitaron o frecuentaron Flores, desde Libertad Lamarque hasta el pianista José Colángelo (actual vecino), pasando por Roberto Arlt, Oliverio Girondo, César Aira, Baldomero, la conductora Canela o Cacho Castaña, y hasta la actual gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que estudió en la Misericordia, y destaca que “hubo quienes, como Julio Cortázar o Alejandro Dolina, pasearon por sus calles y sus bares aunque no fueran de esta zona”.i
El primer libro editado por D’Anna fue “San José de Flores, el barrio de los locos”, y se trata de “una compilación de escritos diferentes sobre Flores que hice en el diario, e incluye personajes, historias, y hasta temas sociales y políticos, como la crisis del 2001 y cómo se vivió”.
El segundo volumen lleva el título de “Vivir en una casa ex municipal del barrio de Flores”, dedicado a las casas municipales que surgieron entre el 20 y el 30, por iniciativa del diputado Cafferatta, y contiene información, anécdotas y fotos sobre esos barrios”.
Explica que “la idea era hacer casitas baratas en lugar de los conventillos, y que la gente pudiera vivir mejor, eran cuadras chiquitas, con muchos pasajes, y muy limpias, así surgieron los barrios Cafferatta, Varela y Bonorino, en uno de los cuales yo viví un tiempo”.
En su reciente libro, Roberto destaca que Flores es el barrio de las grandes mansiones, como la Marcó del Pont, el festejo de los carnavales, la decena de cines y teatros que supo tener, sus escuelas y varias galerías, bares y pizzerías célebres.
Un par de meses atrás, Roberto presentó su última obra, llamada “Flores siempre es bello”, junto a la periodista Natalia Rivarola, con prólogo de Canela, un libro con un formato particular, donde las ilustraciones y las imágenes cumplen un papel fundamental.
En este libro, a través de sus 15 capítulos, D’Anna revela datos como el de las tres basílicas, “la original, que duró poco por su débil estructura, la segunda que estuvo más armada, y la última y actual, cuyos fondos en parte los donó Juan Manuel de Rosas en 1837, y donde obviamente, el actual Papa descubrió su vocación sacerdotal”.
El libro también habla de hechos como que “en la plaza Flores hubo 16 fusilamientos en la época de Rosas” y afirma que “hubo tres cementerios, el primero detrás de la basílica, luego el de Varela al 500, y el actual del Bajo Flores, donde entre otros descansan el payador Gabino Ezeiza y el ex dirigente gremial Lorenzo Miguel”.
Acerca de Perón, D’Anna le dedica un capítulo, y señala que “apenas estaba recién casado con Aurelia, que la apodaban Potota, vivían en Monte, ahora Laferrere, y dicen que ya tenía un gran carisma, estaba en una zona con calles de barro, y se había hecho ya conocido, ayudaba a los chicos, hacía donaciones y hasta fundó un club”.
Por supuesto no falta un capítulo en torno al actual Papa, que nació en Varela al 200 y luego se mudó a la calle Membrillar, cerca de donde creció Distéfano, y algunos dicen que posiblemente fueron vecinos y se conocieron”.