Como todos los 16 de julio, la Iglesia Católica celebra el Día de la Virgen del Carmen que es una de las distintas advocaciones que la Madre de Dios recibe y son producto del lugar y del mensaje que trae. En la Argentina, la Virgen del Carmen es Patrona del Ejército de Los Andes y generala del Ejército Argentino.
El origen de esta advocación, se encuentra en el Primer Libro de los Reyes, donde se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que El terminara con la falta de lluvias que asolaba a la región.
Después de varias veces que Elías subió al monte, apareció una gran señal : "Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano" (1 Rey 18,44)
A partir de entonces el Monte Carmelo –ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas.
Estos ermitaños construyeron una capilla en donde estaba ubicada la cueva de Elías y la dedicaron a la Virgen María. Y por estar en el Monte Carmelo, dicha capilla tomó el nombre de Nuestra Señora del Monte Carmelo o del Carmen.
El patriarca latino de Jerusalén, en el año 1209, les otorgó un ideario para seguir sus rutinas y su espiritualidad a través de la vida contemplativa, la meditación de las Sagradas Escrituras y el trabajo comunitario para su manutención. También les otorgó un nombre “Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”.
Estos hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto, comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.
Después del reconocimiento de esta nueva orden en la Iglesia católica, misioneros carmelitas llegaron a Inglaterra y allí fundaron monasterios para esta comunidad. El prior de uno de los monasterios de esta comunidad se llamaba Simón Stock e impulsó a los monjes a no solo hacer vida monástica sino también a predicar por los lugares vecinos al monasterio.
En 1256, Simón se encontraba en la capilla de la ciudad de Cambridge y mientras oraba, el día 16 de julio se apareció la Virgen María y le dijo: “Toma, hijo querido, esta nueva vestimenta que te otorgo. Esta será la divisa de mi confraternidad, y para ti y todos los carmelitas, un signo especial de gracia; quienquiera que muera portándolo no sufrirá el fuego eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros, un compromiso de paz y de concordia”.
El nuevo hábito más tarde se llamará escapulario, que consiste en dos piezas de tela marrón colgando una de las piezas sobre el pecho del portador y la otra sobre su espalda. Las piezas se hallan unidas con dos cuerdas o tiras que pasan sobre los hombros del portador y sus escápulas (u omóplatos), de aquí procede el nombre “escapulario”.
En el siglo XVI, Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo descalzo reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura. Y es así como se difunde a América.
En 1690, la rama femenina carmelita se extendió a Chile, fundando el primer monasterio chileno “El Carmen Alto de San José” en Santiago. Con el tiempo y la abundancia de las vocaciones nacieron otros conventos, viniendo desde el Monasterio de Los Andes, nuestra primera santa, Teresa de Jesús de Los Andes.
En América, la Virgen del Carmen tiene una gran importancia. El General José de San Martin, el 5 de enero de 1817 en una gran ceremonia frente a la Iglesia de San Francisco en Mendoza, hace formar al Ejército de los Andes y nombra generala a la Virgen del Carmen de Cuyo. Además, le entrega su bastón de mando y hace bendecir la bandera del Ejército de los Andes para luego tomarles juramento de fidelidad a sus integrantes.
Manuel Belgrano, en una carta escrita el 6 de abril de 1814, le indicaba a San Martín: “…que no deje de implorar a Nuestra Señora, nombrándola siempre nuestra Generala, y no olvide los escapularios a la tropa”. Así, la Virgen del Carmen, cuya imagen se venera en Mendoza, se transformó en generala del Ejército Argentino.
En 1910, Fray Leonardo Maldonado OFM solicitará al Santo Padre la coronación pontificia de dicha imagen, la cual se llevará a cabo el 8 de septiembre de 1911. Todo el pueblo de la ciudad de Mendoza y sus alrededores concurrió a dicha ceremonia, como así también autoridades nacionales, provinciales y municipales. Desde 1950 es también Patrona de las Escuelas Primarias, y en 1980 se extendió su patronazgo a sus tres niveles. En 1982 fue declarada Patrona de la VIII Brigada de Montaña.