Luego de que el Ejército de Birmania anunciara haber detenido a altos dirigentes de ese país, entre ellos, la consejera de Estado y líder de la gobernante Liga Nacional por la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi, Estados Unidossentó su postura: "Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o de impedir la transición democrática en Birmania, y tomará medidas contra los responsables si estos pasos no se revierten", precisó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
En esta misma línea, el secretario de Estado de la Administración Biden, Antony Blinken, exigió a la cúpula militar de Birmania que libere a Aung San Suu Kyi y a los demás detenidos, y agregó que Washington expresa su "gran preocupación y alarma" ante los acontecimientos.
"Pedimos a los líderes militares birmanos que liberen a todos los funcionarios del Gobierno y líderes de la sociedad civil y que respeten la voluntad del pueblo de Birmania expresada en las elecciones democráticas del 8 de noviembre. Estados Unidos apoya al pueblo de Birmania en sus aspiraciones de democracia, libertad, paz y desarrollo. Los militares deben revertir estas acciones inmediatamente", indicó el funcionario estadounidense.
Las acciones del Ejército de Birmania se producen en respuesta a lo que califican como "fraude" durante las elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre, en las que la LND obtuvo 396 escaños de 476 en disputa y por ello declaró el estado de emergencia en el país por el término de un año.
Birmania: Golpe de Estado con detención de altos dirigentes
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Al igual que los Estados Unidos, los gobiernos de Japón e Irán manifestaron su rechazo al golpe de Estado militar en Birmania y solicitaron rápidamente la liberación de los líderes políticos de ese país.
En este sentido, el portavoz del Ejecutivo japonés, Katsunobu Kato, expresó: "Sabemos que hay un enfrentamiento entre las fuerzas armadas y el Gobierno junto con el comité de observación electoral por la legitimidad de las elecciones del noviembre pasado. Creemos que es importante que las partes implicadas resuelvan el problema de forma pacífica a través del diálogo basado en el proceso democrático".
Y adelantó que Japón está "analizando los detalles de la situación" en el país "en coordinación" con su embajada en el territorio.
Asimismo, a través de un comunicado del ministro de Exteriores, Toshimitsu Motegi, manifestó su "seria preocupación" por la situación en Birmania y por el hecho de que su "proceso de democratización se vea afectado".
En esta misma línea se expidió el Ministerio de Exteriores de Irán que afirmó que el siglo XXI "no es el momento para un golpe de Estado militar".
"Esperamos que no empeore la situación y, por supuesto, consideramos que el siglo XXI no es el momento para tales acciones", sostuvo el portavoz de Exteriores, Said Jatibzadeh, durante una rueda de prensa.
Además, Jatibzadeh hizo hincapié en "las serias preocupaciones" de Irán sobre la situación de las minorías en Birmania, en alusión a los rohinyá, blanco en 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del Ejército birmano que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y posible genocidio.
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