Los jugadores del combinado europeo causaron una gran sorpresa cuando resolvieron teñirse el cabello de amarillo antes de disputar el encuentro ante Túnez, que terminó 1 a 1, en la Copa de Francia '98. Se trató de una promesa que cumplieron al pie de la letra por haberse clasificado a los octavos de final y que provocó reacciones dispares: los aficionados en líneas generales consideraron simpática la decisión, mientras que la prensa de su país la tildó de "poco seria". La aventura de los "rubios" rumanos terminó en octavos, donde Croacia les ganó por 1-0 con gol de Davor Suker.