Tienen su origen en Australia, desde donde se fueron expandiendo al resto del mundo. Se trata de animales algo independientes como los gatos, pero un poco más sociables y cariñosos.
No debemos olvidar su naturaleza de animal salvaje, por lo que será un poco difícil de adiestrar como animal de compañía. Aun así, con paciencia y constancia podemos conseguir que respondan por su nombre.
Un factor a tener en cuenta es su anatomía. No les gusta que los agarren y pueden incluso arañar o dar patadas para mostrar su disgusto. Esto es debido a que su columna es muy frágil y se sienten incómodos al ser manipulados.
Los conejos son animales inteligentes y podemos acostumbrarles a ciertas costumbres, como la misma hora de comer todos los días o el lugar para hacer sus necesidades. Si además utilizamos premios y/o golosinas para recompensar sus buenas acciones, aprenderán aún más rápido.
Si tiene la costumbre de orinar por la casa, lo evitaremos rociando con un poco de vinagre blanco por la zona.
El castigo físico no es efectivo, sólo conseguirá volverle más desconfiado y agresivo.
Los conejos enanos son una raza resistente y, como hemos dicho anteriormente, algo independiente. Pueden aguantar bien la soledad por unos días si nos vamos de viaje, por ejemplo, ya que él mismo se administrará la comida. Su media de vida se sitúa en unos ocho años.
Al soltarlo por la casa, debemos prestar especial atención a los cables eléctricos. También cuidaremos los muebles e incluso la ropa, ya que podría morderlos.
Para mantener sus dientes afilados y calmar sus ansias de roer, podemos proveerle de una pequeña madera o palo para que lo muerda sin reparos.
Su alimentación estará basada en pienso especial, vegetales y heno, debiendo cuidar los excesos de grasa. Podemos darle algún que otro premio de vez en cuando, pero teniendo en cuenta que son animales algo glotones y no demasiado activos.
Para su higiene, es suficiente con mantener su jaula limpia y en buenas condiciones. El resto, lo hacen ellos mismos con lametones.
Tienen dos períodos de caída del pelaje, uno en primavera y otro en otoño. No debemos cortarle el pelo, ya que le protege de agresiones externas.
Sus bigotes les sirven de orientación y su oído está muy desarrollado.
La crianza La cría del conejos -aunque trate solamente de una camada- exige ciertas decisiones previas. Durante la crianza la madre necesita de mucha tranquilidad, pues si es molestada abandona a los gazapos o incluso puede llegar a matarlos. Por tanto, durante este tiempo tanto nosotros como nuestros hijos deberemos renunciar a nuestro trato habitual con nuestros conejos.
Los gazapos necesitan tener sitio para poder desahogarse. Debemos ser conscientes de que ya no tendremos que vigilar a un solo conejo, sino a varios, mientras dan sus paseos diarios por la habitación. También es indispensable que la jaula donde se alojen sea de mayor tamaño, pues lo más probable es que no tengamos enseguida compradores para todos los conejos, por lo que, mientras los tengamos en casa, deberán alojarse en una jaula de la medida conveniente.
Para la jaula no es lo único que aumenta; también es mayor el consumo de pienso y, por consiguiente, las evacuaciones. Es sabido que el ganado menor produce estiércol, pero cuando hay crías, aún produce más. Ello significa que deberemos dedicar más tiempo a la limpieza de la jaula. Si estamos de verdad dispuestos a hacer estas concesiones, nada nos impide, pues, intentar la cría. La ventaja de tener como mascota a un conejo donde hay chicos es que a través del animalito se debe enseñarles a los chicos a tener responsabilidades, como a darles la comida, cepillarlos, etc.
TIPS -Los adultos deben tomar ciertas precauciones en las casas donde hay chicos y se tiene un conejo como mascota, prescindir de la carne de conejo para realizar comidas. Aunque no lo hagan con su mascota, obviamente, si el chico advierte que le sirven carne de conejo sufrirá una experiencia horrible.
¿Y LA PAREJITA? -Para tener como mascota conejos no es muy conveniente tener un macho y una hembra, pues muy rápidamente la casa se transformará en un criadero, por eso es conveniente tener sólo uno, no importa si macho o hembra.
TIENEN DIENTES -Un conejo no es un animal absolutamente domesticado aunque nazca en cautiverio y a veces tiene actitudes primarias como responder a una caricia o a un suave tirón de orejas (típico de los chicos) respondan con un tarascón que deja profundas huellas.
Las nupcias del conejo Para aparear dos conejos es importante saber que siempre se debe llevar la coneja al conejo, y no al revés. Pues aunque una hembra esté dispuesta a aparearse, trata al macho como un intruso que ha invadido su territorio, y lo maltrata, mordiéndolo y arañándolo. En cambio, cuando la coneja se va a la jaula del conejo se siente insegura y permite que éste se le acerque sin oponer resistencia.
Si poseemos sólo la hembra, para la cubrición la llevaremos a un criador o a un conocido que tenga el macho que hayamos escogido. Reconoceremos la predisposición de la hembra al apareamiento por una ligera dilatación y un enrojecimiento de los órganos sexuales externos, y también porque tendrá un comportamiento inquieto e intentará reunir todo lo que pueda dentro de la jaula con la intención de construir el nido.
El conejo cortejará a la coneja ya dispuesta al acoplamiento, emitiendo unos gruñidos, mientras con los dos cuartos traseros extrañamente levantados va dando saltitos a su alrededor y la rocía de vez en cuando con orines. Este comportamiento típico de marcar el territorio le sirve al conejo para indicar que aquella hembra es de su propiedad. Finalmente se produce el acoplamiento, para el cual la hembra se aplana y se alarga, levantando el trasero. El macho entonces le muerde la piel del pescuezo y se acopla a ella. A veces la hembra se retira en el último instante e impide que el acoplamiento tenga éxito. Si el acto de cubrición se lleva a cabo, el macho se desliza a un lado de la hembra hasta el suelo, y se está un rato echado ahí, jadeando fuertemente por el esfuerzo realizado. Una vez efectuado el apareamiento, ya se puede proceder a separar los animales