Una de las características más sobresalientes de los gatos es que son ante todo independientes. También se manejan con diplomacia, son cariñosos y avezados cazadores. Pero hay que tener en cuenta que como en todas las razas, hay distintos temperamentos, y que entre ellos habrá que buscar el que más se acerque a a la forma de vida y las costumbres familiares.
Los felinos tienen personalidades polifacéticas y también algunas mañas. Según los investigadores, por su carácter se pueden identificar en cuatro tipos distintos y así conocerlos mejor. Los tímidos generalmente se mantienen a distancia por un buen tiempo y en el primer encuentro se retirarán a su rincón para observar desde ese lugar a los integrantes de la familia. El primer contacto que hay que establecer con ese gatito tímido, debe ser muy cauteloso. Sin embargo una vez que se rompa el hielo, se transformará en un animal muy apegado a la familia, aunque seguirá desconfiando de los desconocidos.
Es importante no decepcionarlo porque resultará muy difícil recuperar nuevamente su confianza. Lo mejor será mimarlo, tratarlo con cuidado y hacerle caricias con suavidad.
Los extrovertidos son aquellos gatos que no tienen nada de temor frente a la presencia del hombre. Luego de una etapa de retraimiento, suelen acercarse amistosamente y se dejan acariciar. No debe resultar asombroso si repentinamente deciden refugiarse cómodamente entre los brazos de sus dueños. Suelen ser activos, curiosos y juguetones con los niños. Eso si, mientras no le tiren la cola y en tanto se le respeten sus largas horas de siesta. Aunque su comportamiento es abierto, un gato nunca soportará ser cargoseado. Ante esta personalidad, lo mejor será que sea él quien se acerque voluntariamente a jugar o pedir mimos.
Los gatos tranquilos son ideales para las personas a quienes les agrada disfrutarde la calma y el sosiego, ya que se sentirán estrechamente identificados con este tipo de gatos. El temperamento de estos felinos hace que se vean equilibrados y que se lleven muy bien con sus congéneres. Ellos se toman su tiempo para relacionarse con el hombre, pero no porque sientan temor, sino porque les gusta hacerlo con calma y sin apuro. Son compañeros ideales para viajes, debido a que les encanta pasar largas horas en su canasto sin maullar. Este tipo de felinos nunca padece de estrés, porque parecen no inmutarse con nada. No son retraídos, les encanta observar desde sus dominios.
Los caprichosos son más bien sensibles y susceptibles, porque enseguida se toman todo a pecho, y su “enojo” puede durar horas. Y cuidado con que alguien quiera quitarle algo que él había visto antes, porque dispone de muchas artimañaspara dejar bien en claro quien es el que manda en casa. No es un gato para gente ruidosa debido a que es nervioso y asustadizo. Aunque algunos científicos señalan que los colores podrían determinar el carácter de estos felinos, aun no se ha llegado a una conclusión. La mejor es solo observarlo para aprender de él y así el también asimilará las costumbres del hogar. Dentro de las variables del temperamento también se deben considerar todas las características hereditarias, incluyendo su adaptación, que dependerá de la edad del gato ya que si es joven tardará poco en adaptarse al cambio de hogar. En cambio si el animal ya es grande, la adaptación será un poco más complicada debido a que ya se formó su carácter en el ambiente donde se desarrollaba, y por lo tanto será necesario encontrar la forma adecuada de tratarlo.
Dentro de esta clase de gatos también se encuentran los temerosos, que son los que tuvieron malas experiencias en su relación con el hombre, y puede tener miedos que lo obliguen a esconderse constantemente. Y los gatos difíciles, que suelen arañar y morder cuando se los intenta agarrar.
TIPS
-Las reacciones de una mascota ante un cuadro de estrés pueden provocarle desde apatía y actos compulsivos, sueño permanente, hiperactividad, falta o exceso de apetito y automutilación.
-2 o 3 veces al año conviene bañar al gato. Así se ayudará, sobre todo en los gatos de pelo largo, a eliminar el pelo muerto y evitar las bolas.
COMO PERRO Y AMO
Las relaciones interpersonales entre el perro y su amo produce una sensación de bienestar y disminuye el estrés, produciendo la liberación de oxitocina, conocida también como la “droga del amor”.
¿QUÉ TAL LOS LOROS?
Los loros se muestran muy unidos a su dueño y ponen de manifiesto el mismo grado de afecto que otros animales de compañía y aprenden otras actividades además de hablar.
Son solitarios e independientes El gato es en esencia un animal independiente, curioso, dormilón, de admirable destreza física. Sus características de flexibilidad corporal y resistencia lo convierten en un gimnasta natural capaz de realizar innumerables piruetas, saltos y trepar casi por cualquier parte. Pero, sin duda la principal característica de estos animalitos es su personalidad. Para tratar a un gato se debe poner en su posición, es decir pensar como un gato. Él quiere su propio espacio, el cual debe ser respetado para una adecuada convivencia. No debe olvidarse que el gato es un ser independiente, muy distinto a los perros. Pero curiosamente ellos ven a su dueño como si fuera su mamá. Esto se puede observar cuando él se acerca con la cola tiesa en alto al igual cuando los cachorros corren hacia su madre gata. El reclama cuando tiene hambre, se siente incómodo o simplemente requiere atención, tal como la que le brindó su madre cuando era pequeño.
Los gatos también son animales solitarios, además de independencia necesitan privacidad. No les suele gustar compartir su territorio con otros individuos, sean estos otros gatos, otras mascotas o personas. Erróneamente se suelen tratar a los felinos como a un grupo capaz de compartir los recursos de una forma igualitaria. En realidad, ellos viven de una forma más independiente, con poca interacción entre ellos. En estos casos, cualquier interacción a la que se vean obligados, puede ser una fuente de conflicto, como por ejemplo, compartir la bandeja de arena o los comederos. Cuanto mayor sea el número de gatos en la casa, peor puede volverse la situación. La cohabitación con otros gatos puede ser altamente estresante para un gato, incrementando la posibilidad de que padezca problemas de salud o de comportamiento.