De cara a su primer show del año, que tendrá lugar este viernes en
Xirgu – Espacio Untref,
DIARIO POPULAR charló en exclusiva con quien recientemente interpretó, en su debut cinematográfico, al entrañable
Juan Raro de "
Kryptonita".
-"Carca Registrada" es tu última edición discográfica hasta el momento. ¿Creés que esta retrospectiva sirvió para que se valorara más tu obra? Yo no sé si llega al punto de poder lograr que se valore más mi obra... Lo que sí estoy seguro es que sirvió para que mi música llegue a muchas más personas que a las que había llegado hasta el momento. Estos dos últimos años también fueron de muchísimo trabajo. Editamos el vinilo de "Un Millón de Años Blues" y "Carca 3". También una sacamos una edición limitada en casette de "A un Millón..." que se agotó en menos de un mes, e hicimos infinidad de shows. Lo que logro ver es que, cada vez más, mi música va llegando a una mayor cantidad de personas. También ayuda que armé una banda más estable, que me permite que los shows sean más eclécticos en cuanto a lo musical y más abarcativos en cuanto a toda mi discografía. Por otro lado, trabajé mucho en estos últimos dos años por recuperar mi propia dirección de las cosas. Me pasé como cuatro o cinco años esperando que las discográficas hicieran algo, pensando que trabajan para vos. Hasta que entendí que, aunque esté grande y un poco cansado, debo y quiero hacerme cargo de mi propia organización y dirección de mi obra. Las compañías discográficas no entienden nada, nada en lo absoluto. Es encantador, aunque agotador, ser el dueño, amo y señor de mi propia obra.
-Cada vez más artistas consagrados prefieren sacar sus discos de manera independiente, un poco para tener más control de su propia obra, como vos decías, y otro para que el rédito económico total sea de ellos... (Interrumpe para completar) Sí, pero todavía falta algo. Lo que va a cambiar toda la situación es que el artista se ponga las pilas para pautar comercialmente con las radios y los canales de televisión. Eso es lo único que mantiene la mentira de la industria del entretenimiento: la pauta comercial. Estamos siendo víctimas de soportar unas pautas comerciales de bandas que no existen, en cuanto a que no representan en la la realidad ese potencial de estar todo el día en la tele. Y por otro lado, el arte está en otro lado que nadie lo ve. Y que son bandas que sí llevan gente, que generan un fenómeno. Pero ese fenómeno al toque es absorbido por las compañías. Después tenemos que hace 10 años que salieron tres o cuatro fenómenos populares, y el resto son todas ocurrencias de las discográficas a través de la pauta comercial. Está bien, el músico no puede estar haciendo eso, porque tiene que estar componiendo y haciendo música. Pero el músico tiene que hacerse cargo, para que la cosa cambie.
-Se plantea un escenario desde hace ya un tiempo considerable en el que el músico suele ganar por los shows en vivo y no en la venta de discos. ¿Cómo ves esto? Es lo que pasa, pero siempre creo que son necesarios más lugares para tocar. Con eso se solucionarían un montón de cosas, porque vos tendrías expuesto tu material autoproducido muchas más veces al año ante distintos públicos. Con una promoción de desarrollo cultural se solucionaría todo. Yo trato de hacer eso la mayor cantidad de veces que pueda al año. Shows bien producidos, en escenarios habilitados, cuidados, seguros, con un standard de show alto, y en los que vendo todas mis ediciones y merchandising. Me gustaría hacer mucho más, pero no hay espacios físicos para llevarlo adelante. Yo toco hace mucho, y obviamente pasé por todo. Es increíble cómo los lugares se aprovechan de las ganas del músico de tocar. Pero si después vas a un lugar donde le cobran la cerveza a los pibes 100 pesos, no está bueno, porque metés al público como en una trampa. Por eso, el músico tiene que ser productor del evento. Los únicos que no se dieron cuenta de eso son los jueces de Cromañón. Hay que cuidar todo. Y si sos cuidadoso, se te van achicando mucho los lugares.
-¿Cromañón te hizo ser más cuidadoso a la hora de organizar un show? No, porque yo venía con un sentido común antes de que sucediera esa barbarie. Obviamente, cuando teníamos 16 o 17 tocábamos en cualquier lado. Después empezamos a entender que había un profesionalismo y que había cosas peligrosas.
-¿Cómo ves al rock argentino actual? Me parece que está siendo víctima de una intención desvirtuada, de una intención desenfocada de cómo y qué bandas promover. Lo que hay que desarrollar son esas cosas que la gente ya está necesitando que se desarrollen. Hay un montón de bandas que ya tienen un público y que necesitan que ese público sea mayor.
-¿Y artísticamente? Es que no sé qué rock ver. Hay uno que es el que te muestran en la tele y otro que es el que se está generando en el underground. Siempre hay muchas cosas interesantísimas que necesitan una mano.
-¿Qué bandas actuales te gustan? Me gustan mucho los Poseidótica, por ejemplo. Es una banda muy artística. Esa es una banda que ya necesita explotar para algún lado. Y hay un montón de gente a la que le gustaría.
-¿Estás componiendo? Sí. Este año vamos a hacer un disco nuevo y vamos a editar "Un Millón de Años Plus", que son los temas de "Un Millón de Años Blues" pero en outtakes.
-¿Y en qué onda musical estas ahora? Por ahora estoy centrándome en mi lado acústico. Lo cual no quiere decir que el disco vaya a ser acústico, sino que estoy en un proceso de no permitirme el rock. Quiero encontrar canciones y melodías. Eso me está llevando mucho trabajo. Primero quiero conseguir lindas canciones.
-¿Qué compositores te gustan? Me gusta mucho Roy Harper, un cantautor de fines de los '60 que influenció a Zeppelin, sobre todo a Jimmy Page. Otro es Leon Russell, el pianista de Phil Spector. Su música es algo que no tiene que ver mucho conmigo, para lo que el público pensaría.
-¿Querés cambiar el rumbo en tu música o mantener una línea? A mí me encanta el rock, me vuelve loco como música, pero es raro lo que me pasa. Siempre es fácil quedar pegado con algo. Y es una sensación que artísticamente aborrezco. Lo bueno es que el rock es muy abarcativo, y yo creo que hice rock siempre, y me permití una variedad. Pero me gustaría correrme del rock. O poder lograr un disco en el que no se hable de rock.
-¿Con Babasónicos te sentís un miembro estable o seguís viéndote como un colaborador? Creo que fue algo que se fue dando solo. Al principio era imposible no ver las dos cosas por separado. Antes Babasónicos era Babasónicos y yo era yo. Recién ahora la fuerza de la costumbre está haciendo que, de alguna manera, juntos ya seamos todos Babasónicos, y por separado yo siga siendo yo. Nosotros lo tenemos claro desde hace rato. Nunca tuvimos conflicto con nada en ese sentido.
-¿Y qué representa Babasónicos ahora en tu vida? Para mí es el proyecto grupal que tengo. Tengo un proyecto solista y uno grupal, que es lo que siempre ansié tener: formar parte de un grupo y ser solista. Y el único grupo del que formaría parte es Babasónicos, así que estoy como quiero.
-¿Por qué es el único grupo del que formarías parte? Porque es el único grupo del que puedo formar parte humanamente y musicalmente. No soy una persona fácil de encajar, como ellos tampoco. Somos familia hace mucho tiempo ya. La única forma de tener un grupo es que realmente nos llenemos y nos queramos como lo hacemos. No me sentiría completo en ningún otro grupo. Tener un grupo es como estar casado. Es un compromiso que va más allá de lo musical. Yo admiré siempre a Babasónicos, desde que los chicos lo fundaron. Estuve ahí desde el minuto cero y antes. Siempre me gusto su propuesta y los apoyé, porque es algo que me sale del corazón.
Foto: Josefina Schmipp-Te gusta tocar con otros músicos, invitarlos a tocar en tus discos, y hasta tenés un tema con Andrés Calamaro que compusiste pensando en él. ¿Con qué músicos con los que todavía no tocaste te gustaría tocar? La verdad es que muchos no me quedan. Me gustaría tocar con cualquier persona con la cual pueda aprender algo que me haga ser mejor, ya sea como músico, como persona o lo que fuese. Me hubiese gustado tocar con el Flaco (Luis Alberto Spinetta). Pero nunca me dio la jeta para hacerlo, pese a que la tengo grande (risas). Siempre tuve invitaciones de él, pero romper ese momento de tanta musicalidad... Ojalá yo tuviese esa musicalidad. Yo vengo de otro palo, de una cosa autodidacta en la que hago lo que puedo, que intento que suene grande pero que siempre tiene que ver con algo más primitivo que esa sofisticación hermosa que tenía él. Eso es para muy pocos. Eso es para un Mono Fontana, o para un (Ricardo) Mollo... Pero me hubiese gustado no tener tantos pruritos cuando tuve la oportunidad de tocar con él.
-Nunca renegaste del mote que se te puso de "músico de culto". ¿Hoy en día seguís pensando lo mismo? Lo único que necesito es tener la libertad de artista independiente. Lo de culto o no lo pone la prensa. Yo lo que necesito es ir por el lugar donde yo quiero ir y donde me parezca que tengo que estar, lo más claramente posible.
El día en que metaleros agredieron a Carca En el Quilmes Rock 2008, Carca realizó un mini show en el que homenajeó al Rock Nacional tocando algunos de sus máximos clásicos. Pero en la fecha en la que cerraba Ozzy Osbourne, la experiencia de nuestro entrevistado no fue la mejor, ya que tuvo un muy mal recibimiento por parte de muchísimos metaleros que lo insultaron escupieron y agredieron. Le preguntamos al protagonista sobre esa experiencia, y así fue cómo la recordó."En ese Quilmes Rock hice tres o cuatro River, y en uno me cagaron a botellazos constantemente, antes de Ozzy Osbourne y Korn. En los otros me fue bien (risas). Pero ese fue terrible. Hubo una falta de comunicación extraña. Si yo hubiese estado haciendo mi música, no me hubiese roto las pelotas. Lo que me rompió las pelotas soberanamente es que le estuvieran faltando el respeto a los responsables de que exista el rock argentino: Manal, Almendra, Pappo... Me pareció de una ignorancia, de una necedad colectiva peligrosísima e indignante. Las escupidas y los botellazos te limpiás y se te van. Pero el llevar adentro haber sido parte de esa turba iracunda e ignorante desesperada por ver a Korn es un poco triste, para un tipo que fue a ver a Riff y que a sus 11 años tenía su muñequera metalera del codo a la muñeca. Pero como pasó se fue. Yo me cuerdo que esa semana era como el que todo River había puteado. Tampoco fueron todos los que me putearon y escupieron. Eso también lo sentí. Aunque sí fue la gran mayoría. Yo lo resumo con una bendición. A los tres días me encuentro con Claudito O'Connor, que me dice "tu show fue espectacular, no les des bola, no entienden nada". Y me dijo: "vos no te tenés que enojar, cuando la gente te bardea vos no tenés que enojarte, ni putear... ¡Si vos estas tocando ahí arriba! Vos tocás, no les das bola, cerrás la boca y se la das por el culo". Y bueno, ahí ya cerró todo. Le gustó a Claudio, que es un rockero de ley, y encima tuve una lección para el futuro, para reaccionar mejor ante una situación tan adversa. De ahí en más me fue hasta mejor (risas). No por eso, pero no hizo un agujero en mi carrera, ni en mi alma ni nada".
Carca se presenta en vivo este viernes 4 de marzo en Xirgu - Espacio Untref (Chacabuco 865, CABA) a las 21:00.