El embajador del Reino de los Países Bajos, Martin de la Beij, celebró la conquista en el barrio a pura mateada, con el flamante chorro de agua corriente, y el primero fue para él, que no se quiso perder la ceremonia y menos el culto criollo.
Los Países Bajos está a la vanguardia de la ingeniería hidráulica, ya que el país está en su mayoría construido sobre el agua. Por eso, a Martin de la Beil se había comprometido a visitar por primera vez el conurbano, cuando conoció al intendente Diego Valenzuela en una cena recaudación del Hospital Garraham, junto a Pablo Bereciartua, subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación.
Luego de ceremonia criolla en El libertador, los funcionarios se dirigieron a Ciudad Jardín, donde visitaron la red de agua de ese barrio, donde cambiaron cañerías de más de 70 años sin mantenimiento.
Finalmente, Martin de la Beil deslizó: “Podríamos tener un consulado aquí. ¿Por qué no en el conubano?”