A la espera de la presentación del sábado 14 de octubre frente a Racing en Avellaneda, el equipo de Caruso Lombardi tratará de corregir los errores que impiden cerrar un partido con un triunfo.

Tenemos que empezar a ganar. Estamos salados en todo pero tenemos que superar esa barrera que nos está costando tanto”. La frase del técnico del Matador Ricardo Caruso Lombardi es lo suficientemente elocuente para pintar de cuerpo entero este momento del equipo y exime de mayores comentarios.

La historia, en los últimos partidos, parece ser siempre la misma: a pesar de que se notan mejorías en el funcionamiento del equipo, no alcanza para que Tigre se alce con los tres puntos cosa que, hace ya seis cotejos, tomando en cuenta la última fecha de la temporada pasada, que no sucede. El domingo, ante River, nada menos, se supo sobreponer al golpe inicial, antes de los diez minutos de juego y no solamente lo igualó, sino que estuvo cerca de ponerse en ventaja, cuando Stracqualursi falló desde los doce pasos.

El segundo tiempo fue distinto, River tuvo el manejo del balón y las situaciones, aunque no haya logrado un nuevo desnivel. Pero, en ese momento, en donde el Matador careció de juego (ingresó el chino Luna pero Pérez García permaneció sentado en el banco de suplentes), surgió la figura de Lucas Me Grabarnossi para, en un par de ocasiones, llevar el equipo hacia adelante. Ahora hay más de una semana para barajar y dar de nuevo, aunque a Tigre le espera otro duro compromiso: ante Rosario Central en Arroyito, el sábado a las 18.15.

‘Sirve no perder, pero la realidad es que la sal la tenemos. Las lesiones de los jugadores me condicionan. De a poquito le vamos agarrando la mano, hay jugadores que van apareciendo. El tema es que peor no nos pudo haber ido peor en el sentido de todo lo que nos pasó. Aunque dentro de todo no se pierde, se empata”, agregó el entrenador en su habitual análisis.

Caruso Lombardi terminó apuntando, respecto de la discusión que mantuvo con algunos plateístas que: ‘El hincha tendría que estar amargado si el equipo fuera una cagada. No voy a poner lo que la gente me pide, sino a los que yo vea mejor en el día a día. Están las posibilidades de equivocarme, pero a veces no puedo hacer lo que la gente me pide porque no tengo mucho margen de error. Tienen que tener paciencia‘. En estas declaraciones el técnico le bajo un poco los decibeles a la reacción que había tenido a la finalización del partido ante River, en donde había sostenido que algunos hinchas ‘me tienen los huevos llenos, no hacen otra cosa que putearte. Diez minutos puede ser, pero están los noventa y llega un momento, cuando termina el partido, que te sacan‘.

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