Viendo noticiosos internacionales, extraigo un comentario que me impactó. Se refiere al recelo que se genera en Rusia, sobre la expansión, sobre sus fronteras, de las fuerzas militares de la NATO. Si bien ese avance tiene su justificativo, ese país no lo toma en cuenta. Recordemos que la ex Unión Soviética, bajo el mando de Stalin y siguientes, no fue muy considerado ni contemplativo con los países ocupados por sus tropas. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el continente europeo se dividió en dos, países orientales y países occidentales. En ambos se aplicaron las dos teorías que estaban vigentes: el comunismo y el capitalismo. El comunismo cayó por su propio peso y dejó a la vista lo malo que fue. Las tropas de ocupación no fueron “nenes de pecho” y arrasaron todo lo que pudieron. Hoy existe un resquemor tremendo en los países que estuvieron bajo el dominio comunista. Y se han plegado a las fuerzas que se opusieron a la URSS. Pero tarde o temprano, Rusia formará parte de esa fuerza, cuando Estados Unidos deje de ser hegemónico y de pretender ser el “mandamás”. El peligro sigue siendo del oriente profundo.
Fanina M. Ferrero
DNI 24.877.440