Sería tan lindo que las cosas que se dicen tuvieran un poco de asidero y/o razonabilidad. Desde chiquitos nos enseñaron cosas para conducirnos en la vida. Lavarse la cara, los dientes y las manos para prevenir enfermedades fueron cosas tan básicas como la mamadera. En los hogares nos enseñaron principios religiosos de éste o aquel matiz. Como todavía no se encontró la verdad única, hay para todos los gustos. Es cierto que todos los libros religiosos nos muestran formas de vida, las mejores. Desde los púlpitos, atalayas o puntos elevados, se pregona el bien, el sacrificio, la caridad y otras cualidades que mejoran el espíritu y el alma. Uno de los principios que más se ha enfatizado es la piedad hacia todos los congéneres. Musulmanes, cristianos, judíos y cuanta religión haya bajo la luz del Sol, lo pregonan. No se entiende bien si los actos de Fe son solamente simbólicos o se aplican permanentemente. Con asombro y espanto leo que cierto producto subirá de precio si se le paga lo que pretenden los que la cosechan. ¿Es cristiano pagar a quien produce 41 centavos por kilo y que llegue al consumidor a 5 pesos y 20 centavos? ¿Tanto es el proceso y envasado que incrementa el precio 13 veces su costo? ¿Es cristiano eso?
Pedro D. Arango
DNI 9.384.231