Al ser humano lo diferencian sus culturas, religiones, idiomas, etcétera. Los hay superiores por sus obras arquitectónicas, su legado en la humanidad, sus creaciones, inventos, y los más simples, pero hay que respetarlas igual. ¿Acaso no hay tribus que comen insectos, gusanos, ratas?, Costumbres para nosotros insólitas. Creo (porque a veces la mente le puede jugar a uno una mala pasada) haber leído hace más de 50 años una costumbre de los esquimales, los mismos viven en una de las zonas más agrestes y agresivas del planeta, temperaturas bajo 0, vientos, lluvias y una gran estepa plana. La caza de focas, o lo que fuese, no es tan fácil. Y cuando un anciano, un “abuelo”, ya no puede ayudar en la caza por razones obvias, él mismo, como una ley natural, una costumbre ancestral, se aleja del iglú y su aldea. Se sienta sobre la nieve soportando el viento en la cara, el frío, ve la costa, el agua del océano, recuerda sus días de gloria, cuando jugaba con sus hijos, llevaba una foca que había cazado, comían su carne, sin tristeza, solo resignado. Así se queda quieto y muere sin sufrir, primero una somnolencia, luego se duerme y muere de hipotermia.
Edmundo Mayorga
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