Hemos tenido la dicha, como jubilados, de comprar un kilo de manzana de una belleza extraordinaria y con marca incluida. Al saborearla, luego de varios años de no poder hacerlo, no le hemos sentido gusto alguno. Aquel aroma y sabor a manzana real, no estaba. Llevo mi reclamo al pobre verdulero, que es sólo un intermediario, con quien tuvimos un fructífero intercambio de ideas y pensamientos. Me comentó que hoy todo solamente entra por la vista. Una hermosa naranja no es lo mismo que antes. Ya no se puede “correr” a nuestra hermana y apretarle la cáscara en los ojos. ¡Cómo ardía! Eso es desconocido para las nuevas generaciones. Así es con toda la producción que ha modificado el humano. Persiguiendo el dinero nos ha privado del sabor. ¿Quiere conocerlo el de la manzana? Pues compre una botella con sabor a... Es que se trata de un químico que ha sustituido el gusto de varias frutas y se ahorra en fletes, manipuleo y pérdidas de los originales, mientras se ganan millones en los laboratorios de químicos. ¿Es lo mismo? Ni cerca, pero deja mucho dinero en las arcas oficiales y de multinacionales. ¡Qué bueno! ¿o no?
Jackeline Bustos
DNI 16.333.434