Las palabras matan, entonces, entierran. Las palabras matan al hombre cuando son desubicadas o a destiempo. Resulta que el arquero Campeón del Mundo en 1978, ese de los reflejos, el que volaba de palo a palo, nos viene a contar 30 años después que fue amenazado por el almirante Lacoste. ¿No tuvo tiempo en tres décadas para reflexionar y decirlo? “Yo era un pibe”, se victimiza. ¡Jóvenes, “no pibes”, fueron nuestros héroes de Malvinas! Tampoco fueron “pibes” sino héroes los Conscriptos que defendieron con la vida el Regimiento de Formosa. ¿Así que ahora hay desaparecidos que cobran todos los meses; todos sufrieron el exilio; los artistas fueron abusados, las falsas modelos también y las vedetes pasaron por el casting sábana? “No sabíamos lo que pasaba”, recuerda ¿No recuerda, no se los contó César Luis Menotti? Mentira, todos sabemos y entendíamos lo que pasaba.
Mariano Francisco Wullich