Una amiga sufre falta de atención de su obra social. Tiene 51 años y nació con acondroplasia (la forma más frecuente de enanismo). De niña y adolescente recibió todos los tratamientos disponibles en el país para su patología y pudo desarrollar una escolaridad prácticamente normal. Estudió Dirección Coral en un reconocido conservatorio del Gran Buenos Aires y se desempeñó como docente de música en escuelas. Tuvo un hijo, ahora de 14 años. A comienzos de este año, ante un inconveniente de salud de cierta complejidad, fue internada en una clínica de agudos de Morón por su obra social (IOMA). Allí sigue internada hoy, prácticamente diez meses después, sin poder moverse de la cama, sin una dieta específica para su sobrepeso, que cada vez es mayor, y sin haber recibido nunca tratamiento alguno de rehabilitación, a pesar de los múltiples reclamos. En estas condiciones, su discapacidad crece día a día y su posibilidad de recuperación se ve cada vez más lejana. El 6/9/2017 se presentó un recurso de amparo para que la obra social la trasladara a un centro de rehabilitación. Sin embargo, lejos de acatar, IOMA apeló el recurso.
Carolina Belén Oliveto, Florencia Braga Menéndez y Cecilia García Sampedro
DNI 36.075.242 (Oliveto)