El 30 de setiembre de 1918, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional, se aceptó el legado hecho por Carlos Villate Olaguer, de la propiedad conocida como Cabaña de Azcuénaga, al Gobierno de la Nación, para único y exclusivo destino: residencia veraniega presidencial. Actualmente es la residencia privada donde habitan los presidentes de la República. El área total de la donación redondea unas 35 hectáreas. Esa propiedad, situada en Olivos, había pertenecido al virrey de Buenos Aires, Antonio Olaguer Feliú. A su muerte pasó a manos de su hijo, Antonio Olaguer y Azcuénaga, quien a su vez la traspasó a su sobrino carnal Carlos Villate y Olaguer, el donante.