Me sentí discriminado con los micros de larga distancia que van al Litoral. Me sentí pobre. Las empresas de transporte no te quieren llevar porque tenés caña de pescar, silleta o un bolso de más. Es medio chocante la situación. Fui con mi madre a acompañarla al Cruce Varela porque iba a viajar a Corrientes con dos cajas para hacer donaciones a Cáritas, pero no se las tomaron por esta nueva metodología que tienen. Ella se iba con toda la ilusión de llevar ropita para la gente pobre de allá y la tuvo que dejar. Son grandes monopolios de micros. Ellos aducen que pierden el trabajo de encomiendas por llevar los bultos así. Pero uno paga bastante en los pasajes y no le dejan llevar cosas que son habituales. Después, en la ruta, te hacen perder tiempo revisando los bolsos para decomisar cosas. Yo fui chofer y antes teníamos un espacio para llevar bultos como si fueran encomiendas. Ahora la gente no tiene para pagar encomiendas y no pueden prohibirle llevar lo tradicional en la bodega como cañas o reposeras. En la bodega no molesta a nadie. ¿Qué quiere decir eso? Que si soy pobre no tengo derecho a trabajar.
Carlos Balbuena
DNI 16.680.256