Señor director:
“Había una vez...” así comenzaban los cuentos siempre. Eso le daba una sensación de antigüedad y nuestra mente nos remontaba a un pasado lejano. Luego continuaba con el desarrollo. Aventuras, romances, fábulas, historias ciertas o inventadas, eran los temas que los libros hacían funcionar, a pleno nuestra mente infantil. Luego, con el tiempo apareció la TV que ya no nos dejó volar e imaginar.
Era lo que estaba y está. Cada día más real y también más fantasioso. Es que por un lado, nos muestran que en el espacio intergaláctico, no hay aire. Es un vacío absoluto, entonces si la tecnología de propulsión es a base de átomos, protones y neutrones, ¿de dónde salen chorros de fuego? Bueno algún técnico lo demostrará, mientras seguimos con la mente y la imaginación contenida.
Tan real es la TV que los delitos que antes eran insolubles, se reproducen con precisión absoluta. Pero solamente en la TV y no en los Tribunales. Allí, no hay culpables,... por arte de magia. Los expedientes se cajonean por años, hasta que el culpable del delito haya muerto. Entonces, le reclamarán... ¿qué? Los dineros se los gastaron y no regresan nunca más. ¡Cómo no ser político, con respaldo! Se puede delinquir sin castigo.
Juan Curbelo