En la madrugada muchos de nosotros tenemos insomnio. Dado que no deseamos molestar a nuestra pareja y la radio solo emite música que no es de mi agrado contemplo el entorno. Pero son muy grandes las sombras, y ahí está el reloj despertador digital luminoso. Es cuando contemplamos el paso de las horas. Monótonamente, pasan los minutos y luego de cierta cantidad salta a la hora. Y así una tras otra sin prisa y sin pausa allá van. Mientras nuestra mente ¿trabaja? o simplemente recorre lo archivado. Ya no son números como cuando se trabajaba. Hoy son los hechos, actos, desencuentros y acciones que se les mencionan como recuerdos. Algunos nos despabilan y otros nos arrullan y adormecen. Pero el reloj sigue su cansino camino hacia... ¿hacia dónde? Y calculamos que otro rutinario, es el paso de los días. También lo hacen con su tremenda rutina y letanía. ¿Cuánto falta para el amanecer? Un minuto menos que ayer, ya que el verano se acerca. ¿Qué haremos en esa época? Tal vez, ¡viajar! Tal vez realizar todo lo que habíamos planeado y no hicimos... tal vez. Y dentro de toda esa fantasía, el sueño nos vence y soñamos, pero donde no tenemos el control.
Lizzy S. Darcy
DNI 25.399.523