El planeta, nuestro hogar, es un ser viviente, no me cabe la menor duda. Dentro del infinito ocupa su lugar ¿como otros billones? le da vida una estrella común, nuestro sol, que pertenece a las enanas blancas que son estrellas comunes. Este ser viviente que ocupa su lugar en el universo, tiene sus enemigos, así como un perro puede tener garrapatas, sus parásitos. Nuestro hogar tiene sus parásitos más dañinos en el hombre. Le talamos los bosques, a él le molesta y el equilibrio normal se transmite en otra cosa. Él se defiende, inundaciones, grandes lluvias imprevistas y en contraste, grandes sequías. Él se defiende, nos está avisando. Admiro a Greenpeace. Cuando matamos una ballena, un elefante, un tigre, algo en nosotros muere pero no nos damos cuenta. Nuestro hogar va a seguir existiendo ¿unos billones? de años más, hasta cuando nuestra enana blanca no le dé más energía, y nosotros vamos a volver a los árboles en 50.000 años, ¿o en 100.000? No lo creo, ni siquiera creo que volvamos a los árboles. Quizás lo único que podría salvar a la especie es que encuentre un planeta similar al nuestro, es decir, atmósfera, agua potable, etcétera. Por último, recuerdo un proverbio árabe: “El pasado es un recuerdo, el futuro una ilusión, sólo cuenta el presente”
Edmundo Mayorga
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