El ídolo francés era el presidente del comité organizador de esa Copa del Mundo. Acomodaron el fixture para evitar a Brasil.
E l francés Michel Platini, ex presidente de la UEFA puesto en el que fue inhabilitado durante cuatro años, reveló “un pequeño arreglo” que el Comité de Organización del Mundial de 1998 hizo para que el anfitrión, Francia, y el favorito, Brasil, no se cruzaran hasta la final.
“Jugábamos en casa y había que aprovecharlo. No estuvimos trabajando durante seis años organizando el Mundial para que quedase en nada. Por eso se hicieron pequeños chanchullos. ¿Creen que los otros no hicieron cosas parecidas en los otros mundiales?”, confesó Platini en el adelanto de una entrevista difundida en la mañana de ayer por la radio France Bleu. “Cuando organizamos el calendario, si nosotros terminábamos primeros y Brasil también, no podíamos encontrarnos hasta la final”, reconoció el otrora elegante conductor y capitán del equipo francés.
En aquella época, fines de la década del ‘90, y después de haberse convertido entro de los campos en una leyenda del fútbol francés, Platini había sido nombrado uno de los presidentes del comité francés de organización del Mundial.
Aunque tanto Francia como Brasil debían en principio caer en grupos aleatorios, el comité hizo que los dos países tuviesen una trayectoria en la que sólo se encontrarían en la final si acababan líderes de sus respectivos grupos. “Una final Francia-Brasil era el sueño de todo el mundo”, reconoció el crack que se destacó como símbolo del equipo francés en la Copa del Mundo de Italia ‘90. Los dos países cumplieron con el guión trazado por Platini junto con el comité organizador y disputaron el encuentro decisivo el 12 de julio de 1998 en el Estadio de Francia de Saint-Denis, donde la anfitriona Francia obtuvo su primera y única Copa del Mundo al doblegar a Brasil por 3 a 0.
“Era el sueño de todos”, concluyó el ex presidente de la UEFA, de 62 años, actualmente suspendido de toda actividad ligada al fútbol, después de haber reconocido que recibió un pago de 1,8 millones de euros sin contrato escrito, de mano del suizo Joseph Blatter, ex presidente destituido de la FIFA, quien también está imputado en el marco de la investigación.
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