La fiscal que investiga el crimen de Ayelén Roldán, la joven embarazada que fue estrangulada en la localidad bonaerense de Glew, notificó formalmente al marido de la víctima y al matrimonio amigo en cuya casa fue asesinada, que están siendo investigados como sospechosos en dos hipótesis diferentes.
La fiscal María Laura Alfaro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Lomas de Zamora, le notificó a los tres sospechosos los términos del artículo 60 del Código Procesal Penal bonaerense, a partir del cual quedan formalmente imputados aunque la prueba aún no alcanza para atribuirle a alguno la autoría del crimen, ni para que sean citados a una declaración indagatoria.
De esta forma, el marido de Ayelén, Ariel Hernán Vallet, y los inquilinos de la propiedad donde fue cometido el asesinato, Adrián Aníbal Torres y Natalia Inés Cottone, son los tres imputados que ahora tiene el expediente, aunque en dos líneas investigativas que corren por carriles separados.
“Es una formalidad a partir de la cual los tres saben que la Justicia los está investigando y por ello se piden pericias y todo tipo de medidas que los involucra. Para no vulnerar su derecho de defensa, están en condiciones de poner un abogado defensor y peritos de parte”, explicó uno de los investigadores judiciales.
“En nuestras hipótesis de trabajo -dijo la misma fuente-, sabemos que hay que tener en cuenta que atribuirle a los tres el crimen es una contradicción en sí misma, ya que si fue el matrimonio, el marido es inocente y viceversa”.
Una de las medidas de la cual la fiscal Alfaro espera resultados son los análisis de ADN que se realizarán para establecer si alguna evidencia genética incrimina o descarta a alguno de estos sospechosos.
Vallet, Torres y Cottone se sometieron en forma voluntaria a la extracción de sangre y muestras para obtener sus perfiles genéticos y que ellos sean usados para cotejos de ADN que ya tienen fecha de pericia para el 17 de julio. Es que también se realizaron hisopados subungueales, tanto de la víctima durante la autopsia, como de los sospechosos, ante la posibilidad de que debajo de las uñas de alguno de ellos se encuentre material genético apto para algún estudio de ADN que determine si alguien llegó a rasguñar a otro.
Ayelén Roldán (19) fue encontrada estrangulada a las 5 del martes último, dentro de una vivienda de la calle Fleming 3550 de Glew, partido de Almirante Brown, en el sur del conurbano bonaerense.
La autopsia determinó la chica murió “asfixiada por estrangulamiento a lazo” con un elemento compatible con un cable -se secuestraron algunos en la escena-, y que tenía lesiones en sus nudillos, lo de que indicaría un aparente intento de defensa en el momento del ataque.
Si bien aún se esperan estudios complementarios, a partir de la data de muerte estimada por el forense que fue a la escena del crimen y las constancias recabadas en la causa, la fiscal Alfaro estima que Ayelén fue asesinada en una brecha horaria que se extiende entre las 21 el lunes y las 5 de la madrugada siguiente.
Torres y Cottone declararon que el lunes habían pasado a buscar a Ayelén para tener relaciones sexuales con ella y luego, por la noche, la dejaron al cuidado de sus cinco hijos mientras ellos iban a buscar a un hombre para sumar al encuentro, ya que admitieron ser swingers.
El matrimonio declaró que salieron de su casa alrededor de las 20 y regresaron a las 5 de la madrugada siguiente, momento en el que encontraron muerta a Ayelén en el piso del living, en medio de un desorden donde notaron algunos faltantes.
Por el momento, la fiscal Alfaro sólo tiene chequeada una de esas nueve horas de coartada que el matrimonio dijo haber estado fuera de su casa, ya que un gomero declaró como testigo y confirmó que tuvo relaciones sexuales con ellos pero sólo entre las 2 y la 3 de la madrugada de ese martes.
El marido de Ayelén también aportó una coartada al afirmar que estuvo en su casa durmiendo durante las horas de la noche y madrugada en las que ocurrió el crimen.
Vallet dijo que desconocía que su mujer tuviera relaciones con esa pareja y que el lunes Ayelén se fue de su casa porque el matrimonio la pasó a buscar para llevarla a hacer compras a la feria La Salada, lo que después se aclaró era un “código” para invitarla a tener sexo.