En medio de la conmoción de los vecinos del barrio y la falta de pistas para dar con él o los autores del hecho, los investigadores del caso ya no dudan en que se trató de un "doble crimen en ocasión de robo". El asesinato de un matrimonio en una vivienda de la zona de Parque Avellaneda se produjo durante un asalto, en el que le habrían sustraído una suma de dinero y se sospecha de la existencia de un "entregador".
En tanto, las pericias preliminares indicaron que el homicida utilizó un almohadón para "amortiguar" el estruendo de los disparos mortales que los integrantes de la pareja recibieron en la cabeza.
María Delia Speranza, de 63 años y con movilidad reducida al estar afectada por una enfermedad, y su marido Alberto Antonio Chirico, de 71, fueron víctimas de este episodio de inseguridad "a plena luz del día", ya que sus cuerpos sin vida fueron hallados en la tarde del pasado miércoles, pero la data de muerte se ubicaría "entre las 13 y las 15", cuando, se presume, que los criminales los sorprendieron en su domicilio de la calle Eugenio Garzón al 3500, aunque tampoco se descartan que hayan sido conocidos de ambos.
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Según los primeros datos del expediente que tramita ante la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nro.1, a cargo de Estela Andrades, para cometer el doble crimen fue utilizada una pistola 9 milímetros, ya que junto a los cadáveres se secuestraron dos vainas servidas de ese calibre y los peritos habrían determinado que "se usó a modo de silenciador una almohadón color bordó que presentaba dos orificios de bala y fue hallada sobre la cabeza del hombre. Lo usaron para atenuar el ruido del estampido de los disparos para ejecutar a las dos víctimas".
La principal hipótesis que manejan los investigadores del caso es que se trató de un robo que involucra un monto de dinero, ya que todos los ambientes de la casa estaban revueltos, pero no se detectaron faltas de electrodomésticos y objetos de valor, ya que se llevaron teléfonos celulares o computadoras.
Cabe recordar que el hecho fue descubierto cuando efectivos de la Policía de la Ciudad que recorrían la zona observaron que el portón de la casa se encontraba abierto. Ante esta situación, al no tener respuestas de los moradores, con la ayuda de un vecino fue a buscar a la hija del matrimonio que vive a una cuadra y con ella ingresaron, descubriendo el doble crimen.
Tras determinarse que fue un doble crimen en ocasión de robo, se sospecha de la existencia de un "entregador" y de la posibilidad de que la pareja le haya permitido el acceso al domicilio al conocer al que se transformaría en el homicida.