Maira Benítez tenía 17 años cuando "desapareció", el 16 de diciembre de 2017, en la localidad chaqueña de Villa Angela. Los restos de su cuerpo recién fueron hallados en septiembre de 2019, semanas después que un tribunal oral dispuso la condena del principal sospechoso. Sin cadáver al momento del juicio, el castigo a cumplir 21 años de prisión para el sujeto no incluyó el agravante por violencia de género, por lo que se pide al Supremo Tribunal provincial que modifique el fallo. Así, no sólo la familia de la víctima tendría justicia, sino que la hija actualmente de 5 años de la joven podrá acceder a la denominada Ley Brisa, con ayuda económica, seguimiento de su salud y apoyo para sus necesidades.
"A mi hija la busqué desde el minuto cero cuando me la arrancaron. Moví cielo y tierra para que la encuentren. Tenía la esperanza de hallarla con vida. No es casualidad que su cuerpo fue hallado después del juicio, en julio pasado. Estaba todo arreglado de esa forma. Sin el cadáver, el tribunal no pudo saber cómo fue asesinada Maira y la condena fue por homicidio simple. Mientras tanto, en la ANSES me dijeron que mi nieta no puede acceder a la Ley Brisa porque para la justicia no fue un femicidio. Todos saben que sí lo fue y a mi nieta, que también se llama Brisa, le niegan su derecho a cobrar algo que le corresponde", dijo Antonia del Valle Leiva Morán, madre de Maira y a cargo del cuidado de su nieta.
La historia de la Brisa chaqueña, que padece el desamparo absoluto del Estado, la viene contando la periodista Luciana Peker, quien tuvo contacto con la situación por primera vez en ocasión del Encuentro Nacional de las Mujeres organizado en octubre de 2017 en la provincia que ahora gobierna nuevamente Jorge Capitanich. "A mí me da vergüenza andar pidiendo, me gusta ganarme lo que tengo. Estoy acostumbrada así. Pero el femicidio de mi hija me dio vuelta todo. En la municipalidad o el gobierno nadie me ayuda. Y tengo que pensar en Brisita, porque a veces no tenemos para darle de comer. Por eso golpeo puertas, pero no logramos que el Estado nos brinde una mano. Ahora estamos con toda la casa inundada. Fui a pedir una bolsa de mercadería y me rechazaron hasta eso", dijo la mujer, que recibe mucha contención y acompañamiento del movimiento de mujeres de su provincia. "El día a día es muy duro. Tuve depresión, empecé a sufrir de tensión alta. Tengo que seguir adelante por Brisa y por la memoria de Maira. Luchamos muchísimo para que se llegue a una condena. Exigimos ahora que se considere un femicidio y también que el resto de los responsables no resulten impunes", agregó la mujer.
Las sospechas sobre los motivos de la desaparición de Maira se sostienen en su vulnerabilidad. Joven madre y pobre, la chica representaba una conjunción ideal para las redes que buscan todas las formas posibles de captar a víctimas para hacer negocios con la comercialización de sus cuerpos, siempre con el aporte de varones que pagan por sexo. La joven es sólo una de las decenas de mujeres que desaparecieron bajo circunstancias similares en Chaco y que aún son buscadas. Lo cierto es que el caso estuvo en manos de la Justicia Federal, pero fue desechado "por falta de pruebas" y volvió al fuero penal ordinario, donde cinco personas fueron imputadas y sólo una resultó condenada. En Villa Angela, a nadie le escapa la versión de que Maira fue llevada el día de su desaparición a una estancia propiedad de un hombre poderoso, conocido por armar "fiestas" con mujeres adolescentes. Y también se sabe que la chica ya nunca más retornó a su casa, con su mamá Antonia y su hija Brisa.
Esa "pista" no fue profundizada. En el medio ganó la impunidad y el expediente pasó de un fuero a otro. Tampoco hay certeza de que realmente se trate de los restos de Maira porque no se realizó análisis de ADN. La prueba más contundente la ofreció la propia madre, con datos sobre la dentadura aprobados por un perito odontológico. "Nos conocemos todos en Villa Angela. El cadáver donde apareció estoy segura fue plantado para que lo encuentren. Había estado todo ese tiempo en otro lugar. No estaba enterrado. Estuvo como de costado. Dicen que por el estado del cuerpo no pueden hacer mucho. Hay 82 huesos, de los más de 200 que tiene un cuerpo humano. Yo voy a seguir luchando hasta que me digan cómo mataron a Maira. Su cuerpo habla. Y también voy a exigir que mi Brisa reciba la ayuda que necesita, por ser hija de una víctima de femicidio", cerró la mujer.
La abogada Silvina Cantero, que representa la madre de Maira, explicó que "se trata de un femicidio y estamos tratando de que el Tribunal Superior de Justicia de Chaco nos pueda escuchar, ya que resulta importante por la verdad histórica de la muerte de la joven y para que la hija de la víctima tenga acceso a la Ley Brisa".
"Antonia fue representada hasta hace unos meses por un abogado que, tras el fallo que sólo condenó a una sola persona y por el delito de homicidio simple, realizó un recurso de casación que fue rechazado por cuestiones técnicas. Entonces, actualmente en el máximo tribunal de justicia de Chaco el único recurso es el presentado por la defensa del condenado, quien pide su absolución. A pesar de este panorama adverso, estamos pensando la forma de que Antonia tenga voz y el delito se tipifique como un femicidio", señaló la letrada.
En ese marco, Cantero dijo que "la Ley Brisa indica que serán receptores de ayuda las hijas e hijos de víctimas de violencia de género, entonces se requiere que el fallo de primera instancia sea modificado con el agravante del femicidio, que es lo que realmente ocurrió con Maira".
El último dato estadístico acerca de la aplicación a nivel nacional de la llamada "Ley Brisa", tal el nombre popular para la herramienta que le permite al Estado ayudar con un ingreso mensual económico y seguimiento de salud a quienes perdieron a sus madres en hechos de máxima violencia machista, arroja que la administración liderada por Mauricio Macri dejaba afuera al 89,7% de las hijas y los hijos de las víctimas.
El dato proviene de la ANSES, indicando que son 340 las reparaciones emitidas por el gobierno saliente. Es decir, sólo recibe ayuda 1 de cada 10 chicos en condiciones de recibirla, que son casi 3.400 en todo el país, aún cuando resulta indispensable realizar un trabajo profundo y serio sobre esta problemática en particular para determinar con exactitud la cantidad de niños y niñas que están en situación de desamparo.
La Ley Brisa, con el número 27.452, fue aprobada el 4 de julio del 2018 con 203 votos afirmativos y ninguno negativo en la Cámara de Diputados de la Nación, tras obtener la primera media sanción en el Senado también de forma unánime. En la Cámara Alta se discutieron tres proyectos y se terminó aprobando uno en común.
La norma tiene una mirada biologicista y excluyente para muchísimas situaciones, porque exige un vínculo sanguíneo entre el autor del femicidio y la persona que recibirá la reparación. Así, por ejemplo, la Brisa que inspiró el proyecto, una nena que vive en Moreno y cuya mamá Daiana Barrionuevo fue asesinada en diciembre de 2014 por su pareja, debería ser sometida a un examen de ADN para probar que es hija del autor del homicidio.
Afortunadamente, la diputada nacional Cristina Alvarez Rodríguez tomó registro de la irregular situación, y mediante un valioso trabajo en las comisiones del Congreso pudo adicionar un artículo para que alcance con ser hija o hijo de una víctima de femicidio. Esa universalidad es la que debe ser tenida en cuenta por las autoridades de las instituciones del Poder Ejecutivo al momento de realizar el abordaje de las diferentes situaciones.