Un repaso completo de cómo llegan las variables económicas y sociales antes de una elección no necesariamente tiene un valor predictivo sobre los resultados electorales pero nos ayuda a describir objetivamente la realidad y el contexto que tiene el votante en cuanto a su bolsillo y expectativas. Es un intento de determinar el humor social al momento de concurrir a las urnas.
Un pantallazo general evidencia que el gobierno llega muy estresado. La economía está peor que 2019 (lo que no es poco) y que el 2015. Las dos ocasiones fueron derrotas para el oficialismo. Eso no impide la posibilidad de que el oficialismo encabece en términos individuales el ránking de candidatos el próximo 13 de agosto pero complica las posibilidades posteriores.
Conscientes de esta situación, desde la gestión económica se apela a resaltar logros que tienen que ver con lo que -contra fácticamente-se evitó: “no caímos en una hiper ni en una corrida cambiaria financiera” para pasar a agregar inmediatamente que luego de las elecciones se empezarán a abordar los graves problemas, como la inflación y falta de dólares. El actual ministro (si continúa en el ejercicio del cargo en diciembre) habrá completado el 35% de período del gobierno de Alberto Fernández manejando la economía.
Lo concreto es que se llega a las PASO con variables muy sensibles en rojo: Inflación en 115%, salario registrado 7% abajo que PASO 2019 y 19% menos que PASO 2015 y pobreza que ya incide en más del 40% de la población.
La percepción de la población sobre la tarea del gobierno en general y del presidente en particular es de los peores registros en décadas (solo comparable a la crisis 2001-2002). La negatividad en la imagen del presidente supera el 70% y el indicador de confianza en gobierno es 1.20 (según UTDT), cuando el peor registro del período de Macri fue 1.50.
Además de sostener que se evitó una mega crisis tras Guzmán-Batakis, ¿Qué otros logros puede levantar el ministro candidato? Aquí el énfasis estará el plano real por el lado de la actividad económica y el mercado laboral. El consenso de proyecciones sobre-reaccionó pesimismo anticipando una dura recesión que aún no llegó.
Depurando el shock negativo del agro, el resto de la economía aún se reactiva más que nada en el sector de servicios. El nivel de actividad total, de industria y construcción, son de los pocos indicadores que están mejor no solo que 2019, sino ya igualando o superando los máximos de 2017.
El mercado laboral se benefició de este repunte 2021-2023 y también exhibe un récord de empleo registrado (más de 13 millones de puestos de trabajo) con tasas altas de expansión de la cantidad de puestos de trabajo. El desempleo (6,3% de la PEA) es el más bajo desde 2015 y las tasas de empleo y actividad también tocan máximos históricos.
Pero el bienestar que puede aportar el repunte económico y los puestos de trabajo se opacan cuando cruzamos con la variable ingresos golpeada por la inflación récord. El ajuste está, es palpable en los asalariados (especialmente en los informales), por más que haya crecido el empleo (impulsados por categorías más precarias). Y este combo resulta en el empeoramiento de la distribución del ingreso y la pobreza, que para el primer semestre de 2023 se estima en 42%, regresando a los peores valores de pandemia (como otra referencia en octubre 2001 era 46%).
En este plano, el gobierno exacerba las culpas afuera: el FMI por el endeudamiento irresponsable de Macri y la sequía. Las dos cosas pasaron. Pero ni Guzmán ni Massa intentaron ensayar una estabilización macroeconómica consistente. En definitiva gestionaron la economía al menos desde 2022 bajo las recetas del FMI.
Producto de la caída de ingresos reales tenemos otras variables representativas del consumo que llegan muy golpeadas. Desde alimentos hasta venta de autos, crédito al consumo, ventas en supermercados, etc. El peso de las tarifas públicas (luz, gas, agua, transporte) en promedio (y solo en la zona AMBA) es un atenuante y alivio para el bolsillo en la comparación con 2019 (5.5% del salario registrado contra más de 12% de agosto 2019).
Si en el caso del plano real de la economía se pueden marcar algunos claros oscuros (aunque predominan claramente los rojos), el tablero financiero llega al domingo 13 prácticamente detonado. Aceleración de todos los dólares (sin valores de pánico), con reservas netas negativas en casi USD 9.500, atraso en el tipo de cambio oficial que solo agudiza la expectativa devaluatoria. Algo que sistemáticamente se convalida con el eufemismo de los programas exportadores, donde sino se sube el tipo de cambio nadie liquida un dólar. Ya nadie mira el dólar testimonial oficial y cada vez más personas se convierten en expertas en dólar MEP. La brecha de nuevo arriba de 100%, jugando al límite de valores que pueden espiralizar la dinámica inflación tipo de cambio tasa de interés.
Con la liquidez del BCRA en USD exhausta, frente a cualquier obligación hay que inventar algún “mecanismo puente”, sea la CAF, los DEG de otros países, los Yuanes chinos, etc. Nos quedan los pasivos y las divisas así como entran se van para los compromisos externos. Esta posición tan débil de reservas combinada con las recientes medidas para que el FMI destrabe los desembolsos (aumentos del tipo de cambio efectivo para gran parte de la canasta importadora y USD especiales para exportaciones de granos) son los factores que agravaran el panorama de la economía real ya de cara a las generales de octubre. Tendremos más inflación y menos actividad.
La otra cara del balance del BCRA, esto es, los pesos, también evidencia una extrema debilidad. Pasivos remunerados en niveles récord que devengan una tasa de interés efectiva mayor al 150% anual, superando las tasas “agobiantes” del período 2016-2019.
Con esta situación, la próxima administración para abrir el cepo (tema tan dominante en la oposición) deberá preocuparse casi más por los pesos encepados que por los USD que faltan, o en todo caso por ambos. Salvo que antes se licuen con devaluación y reprogramaciones o canjes. Ese partido se empezará a jugar a partir del lunes 14 de agosto. El pronóstico es reservado.
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