Guido es el nombre que Laura le dio mientras estaba embarazada y en cautiverio. Sin embargo, en su documento figura como Ignacio. Tiene 36 años, es músico y vive en Olavarría. Él se presentó por su cuenta a hacerse los análisis de ADN: "Hoy me dijeron que era mi nieto. Es artista, un chico hermoso y bueno". Y agregó: "Esto es para los que todavía dicen basta, los que dudan si hacemos bien, para aquellos que pretenden que olvidemos, que demos vuelta la página como si nada hubiera pasado. Esto, para los buenos argentinos, es una reparación: una reparación para él, para nuestra familia y para la sociedad en su conjunto".
A pesar de la noticia, de Carlotto decidió no brindar información sobre Guido, pero contó detalles de cómo fue el primer contacto que tuvo su familia con él: "Le mandó un mensaje a Claudia (sobrina de Estela), quien le corresponde decirle quién es. Ella le dijo sos Guido, sos Carlotto, el nieto de Estela y sobrino mío. Yo todavía no le escuché la voz. Le dijo a Claudia, mi sobrina, que estaba bien y muy feliz, que pronto nos íbamos a ver".
La emotividad fue uno de los ejes principales de la conferencia: "La silla vacía va a estar con él, los portarretratos vacíos van a tener su imagen. Pronto voy a poder abrazarlo", contó.
Además, contó que recibió el llamado de Cristina Fernández de Kirchner: "Me llamó Cristina llorando. Me preguntó si era cierto, le dije que sí, que era cierto. Me dijo 'ay, pero por Díos, que alegría tan grande, lloremos'. Lloramos juntas y nos despedimos. Después me llamó Máximo, su hijo".
Finalmente, no olvidó que "todavía quedan cerca de 400 chicos por aparecer". Y, como hace habitualmente en cada presentación de un nieto recuperado, brindó un mensaje esperanzador: "Hay que seguir buscando a los que faltan porque otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo. Al resto de las abuelas: los chicos están. Más cerca, menos cerca. Están esperando que los sigamos buscando. Las abuelas estamos en paz y con amor buscando. Esta tarea es de todos", concluyó.