Por KARIM GONZALEZ
Sin lugar a dudas, el que está por arribar a su fin, fue el año en el que Christian Sancho se expuso de manera más transgresora e incitante. Dejando de lado cualquier prejuicio personal, cada uno de sus trabajos lo destacó en una faceta en la que despertó polémica y consiguió posicionarlo en otra condición interpretativa. Con la premisa bien impuesta de “sorprender y provocar”, el ex modelo que desafió a su elección sexual con su jugada personificación de gay en el finiquitado ciclo Botineras, se animó a posar con estética ambigua para una reconocida revista de actualidad y que hoy se debate entre un taxi boy que posee el virus del sida para el unitario Sutiles Diferencias, que se emitió el viernes pasado, y los ensayos de una obra teatral que plantea la bigamia, ha logrado ostensiblemente su cometido.
El chico que exhibe abdominales dignos de escultura, se muestra crecido, más sólido, y definitivamente decidido a no pasar inadvertido en lo que quiere contar a través de una expresión que se enfrenta a los convencionalismos. “Fue un año de mucha madurez, de mucho crecimiento, ya no sólo en lo personal sino en lo artístico”, ratifica Sancho. “Botineras inició un año muy importante. Estoy muy agradecido por todo lo que me dio el personaje en la tira. Pudimos contar otro costado del mundo del fútbol y mostrarlo de un modo vulnerable y también muy humanizado. Me hizo crecer muchísimo, como actor y como persona”, dice este intérprete. Y enseguida exterioriza un improvisado análisis de su evolución. “La gente me dio la posibilidad de contar algo distinto, y que yo quería contar de una manera muy honesta. Demostrarle a la gente que uno con estudio, con esfuerzo, con sacrificio y fundamentalmente con perseverancia, ha encontrado un lugar con compromiso y ganas de querer contar personajes desde un contenido y desde un lugar en que uno se siente cómodo”, comenta entusiasmado. “No priorizo lo económico, sí priorizo lo emocional y lo que uno quiere y lo que le hace feliz en su vida”, devela Christian. “Hoy con 35 años estoy feliz con este lugar de reconocimiento que me han dado este año y con la posibilidad de seguir contando personajes comprometidos y darle a la sociedad fundamentalmente un mensaje. Quisiera que, con estos personajes, la sociedad se entere que muchas de las causas de las que uno toma conciencia, merecen ser escuchadas y merecen ser respetadas. Ya no sólo con el gay en Botineras, sino también con este personaje de Sutiles Diferencias, con lo que hice en Teatro x la Identidad en setiembre, con el ciclo de Teatrísimo. Trato de contar historias que a mí me den la posibilidad de darle a la sociedad un mensaje y de generar conciencia, provocar conciencia también”.
Despertar conciencia
El viernes último por la pantalla de El Trece asomó Sutiles Diferencias, el nuevo programa de la Fundación Huésped debido al Día Mundial de Lucha contra el Sida, protagonizado por Gabriel “El Puma” Goity, Araceli González, Martín Slipak y el mismísimo Christian Sancho, quien siente que pudo pararse en otra perspectiva. “Es un personaje que estoy muy agradecido de haberlo podido contar. Me dio la posibilidad de componer algo distinto y muy opuesto y con una sutil diferencia, como dice el título del programa, a lo que hice en Botineras. Es gay, taxi boy, heterosexual, se fue transformando a lo largo del unitario según los matices que le fuimos dando con el director Alberto Lecchi. El personaje, que padece VIH, tuvo la posibilidad de contar con una sutil diferencia: la ambigüedad”, cuenta en forma pausada. “Con este programa tuve la posibilidad de hacer algo totalmente opuesto y además de concientizar a la sociedad de que el VIH no es tan malo como parece y que se puede llevar adelante y se puede tener una vida muy honorable y muy respetable con la enfermedad. Contar una enfermedad que se puede llevar adelante y no tener tanto miedo. Hay más de 120.000 argentinos que padecen VIH y no lo saben. En Sutiles Diferencias se trata el tema con mucho respeto para con la enfermedad y para con el espectador. Por suerte se están dando este tipo de ficciones en la televisión argentina con grandes actuaciones, grandes libros y expertos en la dirección”, sostiene el hombre que pronto se abocará a filmar el protagónico de la película El botín de los 12 apóstoles de Luis Beldi dirigida por Christian Réboli.
-Con todos tus trabajos, en este año hubo una clara intención de tu parte de provocar y de exponer ciertas situaciones y modos de vida que todavía siguen siendo tabú...
- Sí, exactamente. Uno hace las cosas para provocar y fundamentalmente para generar conciencia en la gente. Esa es una premisa que me enseñó un gran maestro que era Carlos Gandolfo: Sorprender y Provocar. Cuando uno cumple esas dos premisas creo que ha cumplido el objetivo. Trato de sorprende al espectador y provocar conciencia en ellos. Esa elección me dio la posibilidad de entrar en el inconsciente de mucha gente desde un lugar interesante.