El fútbol de ascenso esconde historias increíbles, pero no sólo en Argentina, también en Europa. Precisamente en Eslovaquia hay un pequeño y humilde club que a veces posee un visitante un tanto peculiar durante los partidos: un tren.
Partizán Cierny Balog, que se ubica en el pueblo Cierny Balog, que apenas llega a los 5.000 habitantes, milita en una liga amateur de ese país.
El paso del ferrocarril es uno de los "eventos" más esperados por los hinchas, que le piden al motorman que toque el claxon y lo aplauden.
En cambio, los jugadores, deben parar el encuentro y esperar tranquilos, aunque se deba patear un penal.