La sentencia recayó sobre un jubilado de 74 años, quien intentó que había sido una muerte accidental. Su defensa solicitó la libertad condicional, por su avanzada edad, pero el pedido fue rechazado.
La Justicia de Quilmes condenó a cadena perpetua a un jubilado acusado de asesinar a su pareja a golpes y tirar el cadáver a la pileta, quien además quiso hacer creer a las autoridades que ella se había ahogado de manera accidental, en tanto que los magistrados rechazaron el pedido de su defensa, que alegó problemas de salud para obtener la libertad condicional, y sentenciaron que tendrá monitoreos médicos cada 15 días para corroborar su estado.
Se trata de un caso conmocionante que tuvo lugar en una vivienda situada en la calle Benito Pérez Galdós al 700 a mediados de 2022. Casi tres años después, se confirmó la noticia que alivió un poco a los familiares de la víctima entre tantas etapas de dolor, quienes venían pidiendo una sanción ejemplar para el asesino. Este actuó con total brutalidad y quiso engañar a los peritos policiales, algo que lógicamente no pudo lograr.
Así las cosas, los magistrados del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 3 del Departamento Judicial de Quilmes, Rubén Darío Hernández, Alejandro Portunato y Julián Busteros, hicieron caso al pedido de la Fiscalía, encabezada por el letrado Andrés Nieva Woodgate. Este había solicitado la cadena perpetua por “Homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido contra una mujer”.
En su alegato explicó que Rafael Emilio Barbosa, de 74 años, golpeó en todas partes del cuerpo a Sonia Edith Somoza, su pareja. El cadáver de la mujer presentaba hematomas principalmente en el rostro, pero también en su torso y en sus brazos. Tras eso, la asfixió y, una vez fallecida, la tiró a la pileta para hacer pasar el suceso como un simple accidente doméstico. Cabe destacar que la víctima se defendió y tenía rastros de ADN del agresor debajo de sus uñas.
En la etapa de presentación de pruebas, vecinos del barrio en el cual residían informaron que sabían que la relación era violenta, pero que nunca los habían visto públicamente discutiendo. Sin embargo, en los días previos al crimen, una mujer indicó que los divisó gritando de manera desaforada por la vía pública y que él estaba propinándole todo tipo de insultos a ella, algo que la sorprendió.
La defensa de Barbosa pidió la libertad condicional por temas de salud y por su elevada edad. Dijeron que era cruel e inhumano obligarlo a morir dentro de la cárcel, teniendo en cuenta que recién podría salir a los 109 años aproximadamente. Los jueces indicaron que Somoza, respecto al tema sanitario, tendrá controles cada 15 días y se presentarán informes para ir revisando su estado.
Cabe destacar que la fallecida era la madre del arquitecto Marcelo Suárez, quien se suicidó tiempo antes del crimen mientras era investigado por una estafa inmobiliaria multimillonaria.
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