Un control médico a una niña de 2 años llevó a una pediatra a dictaminar que había sido abusada sexualmente. Denunció el hecho a la Justicia y la policía aprehendió al padrastro. Pero posteriores pericias descartaron que hubiera ocurrido un delito.
Un vecino de Florencio Varela vivió un verdadero calvario durante 48 horas, luego de que lo acusaran de abusar sexualmente de su hijastra de dos años, en tanto que todo surgió de una pericia médica errónea y culminó con el sujeto detenido, sufriendo el estigma social y el rechazo de su propia familia, mientras que los peritos determinaron que la pequeña tenía una paspadura por el uso del pañal y apuntan contra la pediatra por llevar a cabo mala praxis.
Se trata de un caso inédito que tuvo privado de su libertad a un hombre, por una acusación gravísima de pedofilia. El poco tacto de la profesional que vio a la niña y su nula revisión de su cuerpo, pudo haberle arruinado la vida a esta persona. No corroboró como debía ni estudió la situación y prefirió acudir de inmediato a las autoridades. La Justicia actuó a raíz de la denuncia, pero por suerte, tras las respectivas pericias, desmintieron todo y liberaron al damnificado.
Ocurrió cuando una mujer llevó a su pequeña hija de 2 años a hacer una revisión al centro de salud de Villa Hudson, en la localidad varelense de Bosques. La doctora la recibió en el área de pediatría y, al observar el panorama, creyó que algo andaba muy mal. Tenía un sarpullido en toda la pierna y sobre todo en la parte trasera. Sin dudarlo, acusó frente a la madre que la chiquita había sido abusada sexualmente y que había recibido penetración tanto en la zona vaginal como anal.
La desesperación fue gigante y denunció ante la Justicia lo que había visto. Es por ello que agentes de la Sub Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, en conjunto con uniformados de la Comisaría Cuarta de Florencio Varela y el Grupo Táctico Operativo, allanaron su domicilio y detuvieron al padrastro de la nena. El hombre no entendía qué sucedía, pero acató la decisión policial y fue llevado a la seccional correspondiente, donde quedó alojado 48 horas. El caso estuvo en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 8, quienes ordenaron las pericias de rigor.
Pero lo más aberrante de todo esto, es que cuando los doctores que trabajan para la Justicia revisaron a la pequeña, vieron que en realidad no había sido violada como en un principio lo había afirmado su doctora. De hecho, el sarpullido en la piel era una erupción por el uso prolongado del pañal, algo muy común entre los más pequeños. En sintonía, liberaron al acusado, un mecánico muy conocido en el barrio y que había sufrido durante dos días.
Es que en situaciones como estas, no tarda en llegar el estigma social y también el rechazo de la familia. Por suerte, la nena no fue abusada y todo se desestimó rápidamente. Por el momento, no saben cómo seguirá la situación, aunque no descartan iniciar acciones legales contra la médica que realizó la denuncia errónea. Realmente es inentendible la falla que hubo, que marginó a una persona y que pudo haberle arruinado la vida.
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