Durante siete días consecutivos, se llevó a cabo en el playón una inusual celebración religiosa, en la que un pastor evangelista realizó decenas de ritos para que sus fieles "vomiten al diablo"
Bajo el lema "Siete noches de poder, liberación y milagros", entre el 5 y el 11 de diciembre, el pastor Milad Soleimani convocó a miles de personas que acudieron para "expulsar al diablo" de sus vidas. La iniciativa, a su vez, desató fuertes críticas por parte de los vecinos que viven en inmediaciones del playón de Solano, ubicado en la intersección de avenida 844 y la calle 893.
Es que, según denunciaron, Milad Soleimani realizaba los exorcismos con micrófono abierto y altoparlantes, de modo que tanto los gritos del predicador y los chillidos de los supuestos "endemoniados" asustaban a los niños que se hallaban en la Playa Yapeyú, ubicada frente al lugar donde se llevó a cabo el encuentro evangelista.
Por tal motivo, muchos de los padres de esos pequeños manifestaron su bronca y consideraron que ese tipo de celebraciones se deben realizar en templos, no en lugares públicos.
Ruidos molestos
Asimismo, muchos vecinos también se quejaron por los "ruidos molestos" que se generaron durante las Siete noches de poder, liberación y milagros. En algunos casos, manifestaron que los exsorcismos para expulsar espíritus malignos se escuchaban desde unas 10 cuadras.
MILAD11.JPG
"No se podía dormir, ni siquiera escuchaba la televisión. Se la pasaban gritando: 'Fuera diablo, fuera'. También se escuchaban gritos de terror", manifestó una vecina (pidió no divulgar su identidad) que vive a la vuelta del Playón de San Francisco Solano.
Cabe aclarar que frente al mencionado playón se encuentra el Hospital municipal Materno Infantil "Eduardo Oller", donde se permanecen internadas gran cantidad de mujeres que dieron a luz.
Labor social
Pero las críticas también contaron con una ferviente defensa de quienes profesan la religión evangelista. Muchos de los practicantes destacaron la labor social que se realizó durante los siete encuentros, ya que numerosos participantes se cruzaban a la Plaza Yapeyú para "entablar un diálogo" y "llevar la palabra de Dios", a la gran cantidad de jóvenes adictos que juntan a consumir estupefacientes.
comentar