Vivimos una crisis sin precedentes a nivel mundial. Asimismo, el malestar económico que resulta de esta situación crea una grave angustia social.

Vivimos una crisis sin precedentes a nivel mundial. Desde que comenzó la pandemia estamos expuestos a grandes niveles de estrés. Nuestras rutinas se vieron completamente alteradas, en las etapas críticas tenemos que estar distanciados de nuestros seres queridos, experimentamos un alto grado de incertidumbre y ansiedad.

Asimismo, el malestar económico que resulta de esta situación crea una grave angustia social. Toda esta situación tiene un impacto negativo en nuestra salud mental.

Frente a esto, debemos poner en práctica y desarrollar más que nunca nuestros recursos para regular la manera en la que nos sentimos. Es importante saber que existen diferentes estrategias para poder regular nuestras emociones.

Y, si bien algunas personas pueden tener una mayor capacidad para lograrlo, tenemos que saber que todos somos capaces de hacerlo e, incluso, podemos mejorar nuestra habilidad para ello.

Un primer paso tiene que ver con reconocer y aceptar las emociones que estamos sintiendo, aunque sean molestas. Por el contrario, tratar de evitarlas o esconderlas es contraproducente ya que genera efectos negativos en el largo plazo.

Además, es importante poder nombrar con precisión y hablar sobre las emociones. Se considera que quienes logran reconocer con más detalle las emociones que experimentan son más eficientes para regularlas. Así, al identificarlas con claridad son capaces de comunicarlas mejor a los demás.

Otro aspecto que es necesario tener en cuenta es que las emociones son la respuesta a situaciones que tienen relevancia para nosotros. Entonces resulta esencial poder ponerlas en contexto para tratar de comprender qué mensaje nos están dando a partir de la situación que estamos atravesando. Por ejemplo, el miedo nos alerta sobre un peligro; la tristeza puede señalarnos que nuestros intentos de resolver un problema no están funcionando o que necesitamos pedir ayuda.

Muchas veces se acompañan de ideas que pueden magnificar las emociones negativas. Así, una visión catastrófica de una situación puede aumentar nuestros temores.

Los estudios en neurociencias de la emoción muestran que un mecanismo de regulación de las emociones útil en estos casos es la reevaluación. Se trata de la transformación cognitiva de la experiencia emocional y consiste básicamente en cambiar la manera en que sentimos al cambiar la manera en que pensamos.

Revisar los pensamientos y buscar interpretaciones alternativas nos puede ayudar a calibrar nuestra respuesta emocional.

Es esperable que en estos tiempos excepcionales nos sintamos tristes, con angustia y agotamiento mental. Tenemos que tratar de que estos sentimientos no perduren en el tiempo y se vuelvan crónicos. La salud mental no puede separarse de la salud física. Se trata de un todo integral.

Facundo Manes es neurólogo y neurocientífico. Presidente de la Fundación INECO

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