SAN VITO, PROTECTOR DE PRAGA Y SANADOR DE ENFERMEDADES
SAN VITO, PROTECTOR DE PRAGA
Y SANADOR DE ENFERMEDADES
Su nombre siempre estuvo
más asociado a la broma
y “al baile” que al martirio
padecido por este santo
Lito es uno de los santos más populares de la Edad Media y uno de los escasos 14 que son denominados “santos auxiliadores”, que deben su nombre a que ante el pedido de los fieles, su intercesión divina no se hacía esperar, especialmente en tiempos de enfermedades (pestes) o grandes necesidades. Estos catorce santos auxiliadores son Acacio, Bárbara, Blas, Catalina de Alejandría, Ciríaco, Cristóbal, Dionisio, Egidio, Erasmo, Eustaquio, Jorge, Margarita, Pantaleón y, por supuesto, Vito.
Hijo de un pagano siciliano, no se tienen datos exactos sobre su nacimiento, aunque se sabe que fue en Mazara del Vallo, entre mediados y fines del siglo III, y que su muerte tuvo lugar el 15 de agosto del año 303.
A la vida de San Vito se le ha mezclado mucha leyenda, que se encuentra en la legendaria Pasión redactada en el siglo VII; actualmente es casi imposible distinguir lo que sucedió realmente y lo que es sólo leyenda.
Todo hace creer, a pesar de las falsas historias, que Vito, a los siete años era ya un cristiano convencido y comenzó a hacer muchos milagros, y que, alrededor de los 12 años, se convirtió definitivamente al cristianismo cuando, a escondidas de su padre, fue bautizado por Santa Crescencia y San Modesto, quienes lo guiaron en la creencia.
El mismo intentó seguir los pasos de sus bautistas y trató, aunque sin éxito, convertir al hijo del gobernador Valeriano. Por eso, estuvo encarcelado durante siete años por orden de Valeriano, que asimismo intentó que Vito aceptara renegar a su fe con promesas de premios y con amenazas de castigo, pero nada de eso sirvió.
Sin embargo, Vito y sus dos guías espirituales fueron liberados “por un ángel” -eso dicen los documentos-, y se retiraron a la provincia del Sur de Roma llamada Lucania, en donde siguieron dando testimonio de su fe con la palabra y con los prodigios.
La fama de San Vito llegó a oídos de Diocleciano, cuyo hijo era epiléptico, enfermedad que en ese tiempo era impresionante. Vito fue a Roma y cura al joven, pero como recompensa, irónicamente, lo torturan y lo echan nuevamente a la cárcel.
Sin embargo, el ángel lo libera nuevamente y, cuando regresa a Lucania, junto con Modesto y Crescencia rinde su último testimonio con el martirio. A pesar de la leyenda, San Vito es muy popular en Europa, y su nombre es muy usado: Vito, en italia; Vite o Guy en Francia, y Veit en Alemania. Los nombres de los tres mártires aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o Hieronymianum, por dar su vida por la fe en Lucania, en el Sur de Italia. Su cuerpo se conserva en la Iglesia Colegiata de Omegna, guardado en una urna es sacado en una procesión solemne el último sábado de agosto.
El baile de San Vito
Por su obra milagrosa al curar al epiléptico hijo de Duocleciano, se le consideró como patrono especial de las personas que padecen esta enfermedad y de los afectados por otro padecimiento nervioso al que, incluso, le dieron su nombre: el “Baile de San Vito”, o “Mal de San Vito”.
Existen dos dolencias asociadas a ese nombre, caracterizadas por la aparición de movimientos involuntarios y anormales, los cuales pueden provocar trastornos en la conducta del sujeto.
La más frecuente es la llamada Corea menor o de Sydenham, la cual contiene una auténtica encefalitis reumática de origen infeccioso. Por su parte, la Corea mayor o de Huntington es de origen genético.
Mientras la Corea menor predomina en el sexo femenino afectando más entre los 6 y los 14 años, la Corea mayor puede atacar a ambos sexos apareciendo entre los 30 y 50 años.
La Corea menor se caracteriza por la presencia de movimientos no controlados por el paciente. Son de breve duración y por lo general bruscos, por ejemplo guiños frecuentes y extrañas muecas, chasquidos de los labios y diferentes posturas de brazos y piernas. Antes de estos síntomas el paciente experimenta cansancio, irritabilidad, agresividad y menor rendimiento escolar.
La Corea mayor se caracteriza en que los movimientos son análogos a los anteriores, aunque tienen mayor rapidez y violencia. Además existe una debilidad intelectual creciente que acaba llevando a la demencia.