En una reunión familiar o con amigos, uno puede apostarle al grupo acerca de sus dotes de adivinador.
Existe un sencillo y bastante conocido “truco” en el que el desafiante puede lucirse ante los ojos de quienes estén alrededor de una mesa y además ganar la apuesta.
El “truco” comienza cuando quien tiene un mazo de cartas en la mano comienza a alardear acerca de sus poderes mágicos para adivinar ciertas cuestiones.
¿Cómo es el truco? Primero hay que separar 21 cartas de cualquier tipo: españolas, francesas.
Lo primero que hay que hacer es repartir ante la vista de todos los que estén alrededor de la mesa, las 21 cartas de una baraja con la cara arriba, acomódalas en tres hileras de siete cartas cada una.
Si hay alguna apuesta, es aconsejable que se haga en ese momento y que el elector anote la carta elegida en un papel. La forma de repartir es empezando con una carta, otra a su derecha y otra más a la derecha de ésta.
Todas, boca arriba. Luego se pone la cuarta carta tapando levemente la parte baja de la última colocada (primera de la izquierda) y se sigue hacia la izquierda. Es decir, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Sólo se tapa una parte de cada carta y se colocan dos seguidas al llegar a cada hilera de la punta. La tercera hilera en completarse debería ser la de la derecha, si el reparto fue correcto.
Pedile a tu desafiado que piense una carta y que diga en cuál de las tres filas esta, pero no cuál es la carta. Cuando lo diga, levantás la fila en donde se encuentra la carta, luego recoges las otras dos filas y las colocas una encima y otra debajo. La hilera que el ayudante te ha dicho debe quedar en el medio.
Luego se vuelve a repartir desde la parte baja del mazo y de la misma manera que la primera vez.
Siempre con las cartas cara para arriba. De nuevo debés preguntarle a la persona la columna en la que está su carta. Otra vez la fila señalada irá al centro al juntar las tres hileras. Tras la tercera vez que repetimos el mecanismo de colocación de cartas en tres hileras sobre el paño, el desafiado marcará por última vez en qué fila está la misma carta elegida.
Si no nos engañó, la carta en cuestión será la que quede en el centro de la fila señalada. Es decir, al juntar los tres montículos quedaría en el puesto 11º. Un modo atractivo de resolver el truco es: mantener separadas las tres hileras; el primer pilón boca abajo; tomar el segundo (en el que está la carta elegida y colocarlas boca abajo, de a una y haciéndolas sobresalir de ambos lados del montón de abajo: una sobresale de la arriba y otra de abajo, una de arriba y otra de abajo, pero que queden algo encimadas en el centro; después, el tercer montón en el centro. Hacer un soplido a las cartas con ciertos “poderes mágicos” y empezar a golpear contra la mesa las cartas salientes, de un lado y del otro, hasta que una sola sobresalga. Esa será la del centro, la 11ª, ¡la elegida!